Aunque
las guerras del agua se remontan a más de 5.000 años, se creía anteriormente
que era un recurso inagotable y solo un tema problemático para unas pocas
regiones.
Desde las periódicas inundaciones en el delta del Nilo,
(antiguo Egipto) aprovechadas ya hace 7.000 años por la cultura El Fayum, y las
primeras obras de canalización hace unos 5.500 años por la cultura Tasiense,
siempre predominó la agricultura en su consumo. Pero las nuevas tecnologías (bombeo desde los ríos,
fertilización, fumigación, abaratamiento de la extracción subterránea con su
uso más frecuente para riego por inundación, aspersión, goteo, etc.) permite
seguir aumentando cada vez más la superficie regada y un consumo mayor a la
reposición natural en el orden mundial. Es evidente que como resultado
del cambio climático, aumentaron los eventos extremos que son cada vez más
frecuentes: sequías, inundaciones, temperaturas inéditas, ciclones, etc.
La
globalización y el intercambio creciente de productos agropecuarios e
industriales que origina, nos introduce a la pregunta sobre cuanta agua
importamos o exportamos a través de esos productos.
Cuantificar la cantidad de agua que traemos o llevamos
por los motivos antedichos, y su costo para producirlos nos inserta en el
concepto de “agua virtual”.
Diversas
fuentes estiman que el comercio internacional de productos agrícolas absorbe en
la actualidad un contenido de agua de 1.600 millones de metros cúbicos.
Según el informe de la UNESCO las fuentes potenciales de
conflictos hídricos son: la ESCASEZ (permanente o temporaria), diferencia de
fines y objetivos, factores sociales e históricos complejos (rivalidades,
guerras, antagonismos previos), relación asimétrica entre localidades,
provincias o regiones, asuntos específicos de política hídrica (construcción de
presas, acueductos, desvíos de cursos, etc.).
Por
otra parte debemos tener en claro (aunque las cifras difieren un poco entre sí,
según los autores), que -agua oculta incluida- para producir por ejemplo 1 Kg .
de arroz, son necesarios 3.900 litros de agua, 1 Kg . de trigo, 1.300 litros de
agua, 1 Kg . de soja 1.800, l Kg. de maíz 900 l .,1 Kg. de pollo 3.900 l ., y 1
Kg . de carne vacuna faenada 15.500 litros
El intercambio de productos significa de hecho la
importación y exportación de agua virtual a través de los mismos.
El
80% de la tierra agrícola mundial se cultiva con agua de lluvia, lo que permite
producir un 60% de la producción mundial. Vale decir que el 20% irrigado
produce el 40% restante, es decir casi 3 veces más. Ante el aumento de
la población mundial nadie puede oponerse a incrementar las cosechas, pero han
llegado los tiempos de abandonar el derroche que significa el riego por
inundación (salvo para el arroz y algún otro producto). También se deberá
incrementar la reutilización de las aguas grises y las provenientes del uso
industrial.
Es evidente que todo futuro avance tecnológico estará supeditado al
deterioro o nó de las condiciones ambientales (si se pudiesen remplazar
por otras tecnologías menos contaminantes la situación mejoraría en términos
relativos).
Ante
el aumento creciente en la demanda de agua a escala mundial, por el consumo
agrícola (70%), industrial (20 %) y humana, el agotamiento de fuentes no
renovables como las aguas fósiles, el excesivo bombeo, con sus efectos en la
salinidad y contaminación de las fuentes subterránea, el transvase irracional
de ríos, lagos, arroyos, y el desequilibrio que produce cuando no se realiza a
un estudio objetivo y previo de I.A. (impacto ambiental), sin ocultos intereses
económicos o políticos.
Si a esto le añadimos el cambio climático: calores,
fríos, sequías o inundaciones cada vez más frecuentes y extremas que solo
algunas veces compensan el fenómeno anterior, encontraremos las causas que
están agudizando los conflictos zonales, Interprovinciales e Internacionales
por el dominio y uso del agua.
Gran parte de estas cuestiones se derivan como dijimos
del uso abusivo del recurso agua, pero también de la ineficiencia en su
aprovechamiento (vgr: riego por inundación, pérdidas excesivas en las redes,
falta de conciencia sobre la magnitud del problema, etc.).
Pero
las nuevas tecnologías (fertilización, fumigación, abaratamiento de la extracción
subterránea con su uso frecuente para riego por inundación, aspersión, goteo,
etc.), sigue incrementando cada vez más un consumo mayor a la reposición media
anual en el orden mundial.
Por otra parte los conflictos bélicos reales y sus
dramáticas consecuencias también forman parte del Cambio Climático y el
calentamiento global.
Baste el ejemplo: un solo bombardero B-52 en vuelo quema 13.200 litros/hora
de combustible. Según las propias fuentes del Pentágono, sólo la Fuerza
Aérea de U.S.A. en 2005 consumió 12.500 millones de litros!!!!… Si sumamos las
demás fuerzas concluiremos que el principal contaminador del planeta gasta en
su aparato bélico más que todo el derrochón sistema de transporte de ése país.
Con un 5 % de la población mundial aportan el 25% de gases de efecto
invernadero.
El fracaso de la cumbre de Copenhague donde los países
industrializados hace ya unos 150 años a costa de comprar materias primas
baratas en sus ex colonias, fueron pioneros en la contaminación del medio
ambiente y ahora se niegan
a pagar esa deuda histórica con el resto de la humanidad nos debe llamar a la
reflexión.
Aún hoy siguen lucrando con un evento que pone en peligro
el destino de nuestro planeta. “No hay un planeta B” decían cientos de carteles
enarbolados por los manifestantes de Copenhague.
Por último, y en las palabras de Justin Lin, economista
jefe del Banco Mundial
“Alrededor
del 75 al 80 % de los daños causados por el calentamiento global serán sufridos
por los países en desarrollo, aunque solo contribuyen con 1/3 de las gases de
efecto invernadero”. Me pregunto: llegaremos a tiempo o cuantos años nos faltan
para el colapso total ?
NOTA: CUIDEMOS EL AGUA QUE NOS QUEDA
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