Ollas sin brillo: Para devolverles el brillo a tus ollas de acero inoxidable, mezcla medio litro de agua y tres cucharadas soperas de maicena, y frota las ollas ya limpias y secas con un paño humedecido en la mezcla: Les devolverás su brillo en poco tiempo.
Grifería superbrillante: Para que los grifos de toda tu casa queden la mar de limpios y brillantes, elimina primero la cal del agua que pueda cubrirlos, sécalos bien y, a continuación, aplica pasta de dientes blanca en seco sobre ellos, extiéndela con un paño o esponja y deja que se seque. Después, frota bien el grifo con un paño limpio y seco... verás qué bien quedan.
Muebles barnizados: Muchas veces acabamos estropeando el barniz de los muebles al usar productos limpiadores demasiado agresivos. Si tus muebles barnizados son nuevos, bastará con que los limpies únicamente agua tibia y un jabón neutro. El secreto final está en secarlos a fondo y no dejar que queden húmedos.
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