Las tres tareas más difíciles del mundo no son hazañas físicas y tampoco son logros intelectuales. Son tres actos nobles: Dar amor a cambio de odio, acoger con tolerancia a los que piensan diferente y reconocer los propios errores. Cuando un ser humano las practica ya es un ser especial, aunque no deje un invento o rompa un récord. Al fin y al cabo la mayor obra de arte es hacer de la propia vida una obra maestra por el camino del amor. Y el desafío cotidiano es amar en el instante porque el único tesoro que tenemos es el ahora. Como dijo un sabio: Nos quejamos de que nuestros días son muy cortos, pero actuamos como si fueran eternos. Sólo existe el ya para vivirlo intensamente dando gracias por las pequeñas maravillas que muchos no aprecian. El secreto es amar la luz del sol, la caricia del viento, el canto del pájaro, el verde de los árboles y el aleteo de una libélula.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios