Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo.
Desear la inmortalidad es desear la perpetuación de un gran error.
Para llevar a cabo grandes empresas hay que vivir convencidos, no de que somos longevos, sino inmortales.
No quiero alcanzar la inmortalidad mediante mi trabajo, sino simplemente no muriendo.
La primera condición para la inmortalidad es la muerte.
Nunca llega a ser coronado por la inmortalidad quien teme ir adonde le conducen voces desconocidas.
Los hombres viven celosos de la inmortalidad.
Lo que se mueve por sí mismo es inmortal.
Aunque todo lo demás falle, siempre podemos asegurarnos la inmortalidad cometiendo algún error espectacular.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios