¿Te cuesta mirar a los ojos cuando te
hablan?
¿Eres de los que no saluda y simula no
haber visto a la persona que conoces? ¿No te atreves a iniciar una conversación
con alguien?
¿Piensas que no encajas con nadie y que
aburres a la gente?
Cuando
un grupo de personas está reunido ¿te cuesta acercarte e intervenir?
Si has respondido que sí a la mayoría
de las preguntas puede significar que seas tímido. Las causas de la timidez son muy
variadas como por ejemplo sentirte
diferente por un rasgo físico, tener una baja autoestima, haber vivido con una
autoridad paterna excesiva o sobreprotectora, tender a compararse a la baja con
otras personas, tener predisposición genética a sentir ansiedad con frecuencia
por la facilidad de activación del sistema nervioso, por aprendizaje de las
consecuencias que recibimos de las relaciones sociales, etc.
No
importa cuáles sean las causas de tu timidez. La timidez no es crónica ni
indefinida. Se puede
vencer la timidez con esfuerzo y práctica para estar cómodo y poder así
disfrutar de las relaciones sociales tanto públicas como íntimas.
Si
estás deseando descubrir cómo acabar con la timidez te invito a que sigas
leyendo para que aprender varias técnicas que te ayudarán a perder la timidez.
1) Reconoce la timidez
Lo
primero que debes hacer es
reconocer que eres una persona tímida. El primer paso para lograr el
cambio es aceptar nuestras
debilidades y problemas.
2) Enfócalo como un reto a superar
El
segundo paso (no es de vital importancia pero creo que puede facilitarte el
logro) es escribir en un papel las siguientes frases: “Estoy en camino de ser una persona más sociable”;
“Conseguiré estas más seguro conmigo mismo”; “Podré disfrutar y estar cómodo
con otras personas”; “Con
esfuerzo y perseverancia venceré la timidez”… Puedes pegar la hoja en un
lugar de tu casa y leer las frases al despertarte y antes de dormir durante
varios días.
De
esta manera estarás
cambiando tu forma de pensar sin darte cuenta. Desarrollarás tu motivación
y proyectarás en tu mente la posibilidad de logro y éxito.
3) Mejora tu autoimagen
En
tercer lugar puedes probar
a cambiar tu imagen. Un
nuevo corte de pelo o incluso tintártelo. Cambiar tu forma de vestir o probar otro estilo de ropa,
llevarla más ajustada y menos ancha.
Proporcionarte
nuevos modos de afeitarte, rasurarte la barba; cambiar gafas por lentillas o
viceversa. Hacer deporte para lograr una buena forma física. La cuestión es
notarte un cambio en ti para que
al mirarte frente al espejo te sientas a gusto contigo mismo
4) Mantén el contacto ocular
Si
en tu caso te habías habituado a desplazar la mirada de los ojos de los demás tienes que aprender a mirar cara
a cara y a los ojos de la otra persona. Para ello puedes jugar a ser
consciente de qué color tiene los ojos la otra persona y sobretodo esforzarte
por mirarle a los ojos a pesar de sentir incomodidad o inseguridad.
Un contacto ocular prolongado con la
otra persona transmite mayor transparencia, confianza y seguridad.
5) Cambia de aires
Algunas
personas en su entorno actual de relaciones sociales sienten que no tienen
oportunidades para desarrollarse.
No
les resulta interesante o motivante relacionarse con las mismas personas de
siempre. Puede ser
positivo empezar a relacionarte con nueva gente por ejemplo formar parte
de asociaciones, colectivos, plataformas sociales o grupos de deporte.
En
tu ciudad o pueblo habrá varios grupos de personas que te recibirán con los
brazos abiertos y te aceptarán. También puedes sugerirle a algún conocido que
te presente a algún amigo/a.
6) Practica
Y por último es necesaria la práctica,
mucha práctica
y exponerte a las
relaciones sociales. Puedes obligarte a realizar “pruebas” sencillas
como preguntar la hora mientras esperas en la parada del autobús. La cuestión
es establecer el hábito a iniciar una conversación y hacer sentir a tu mente y
organismo que dominas la situación.
También
puedes probar a quedar con personas nuevas. Atrévete a iniciar una conversación
con alguien de tu trabajo, centro de estudios o entorno de amistades y al cabo
de un rato sugerirle hacer algo juntos.
Seguramente
habrá casos en los que se nieguen y otros en los que acepten, es cuestión de
probar y aprovechar oportunidades. Si te empiezas a habituar a “lanzarte a la piscina” llegará un momento
en que lo harás automáticamente y te alegrarás de hacerlo con total
comodidad y seguridad.
En conclusión se puede decir que
cualquier persona puede vencer la timidez con esfuerzo, paciencia y dedicación.
Hemos
hablado de empezar el cambio reconociendo la timidez, de enfocarlo como un reto
a superar y adoptar el optimismo, de darnos un cambio de “chapa y pintura” para
fortalecer nuestra autoimagen, de tratar de aumentar el tiempo de contacto
ocular con la otra persona, de probar un cambio de entorno social en caso de
ser necesario y de practicar mucho hasta lograr el cambio.
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