¿POR QUÉ, ENTONCES NO CICATRIZAN LAS
DEL ALMA?
Hace años te traicionaron o te
lastimaron y hoy sigues de juez o víctima y te castigas sin piedad.
El juez
que llevas dentro de ti te impide perdonarte o perdonar y tu pasado es un
amargo presente.
Si lo analizas bien, el traidor y el
ofensor son los que deberían estar mal, pero eres tú quien se pierde la vida.
¿Aceptas
que es una elección tuya? Sí, está en tus manos soltar ese peso, romper las
cadenas y recuperar la libertad.
No elijas consumirte en el odio y mira
todo con los ojos del amor. Sé compasivo y sana las heridas.
No es
fácil, pero renaces si te consagras a sanar tu alma, consciente de los estragos
del odio y la culpa.
Busca ayuda y perdona porque el sol
nunca brilla para aquel que está en el fondo abisal del rencor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios