Dios mío quiero ver la vida, las
personas y los acontecimientos con los ojos del amor.
Para
lograrlo sé que debo pasar más tiempo en oración y en meditación, más tiempo
contigo.
El amor me ayuda a desterrar la
arrogancia y superar actitudes de soberbia y hostilidad.
Mi paz
nace de lograr en todo instante y en cualquier situación un alineamiento con tu
voluntad.
Los seres humanos hacen muchas cosas
para salvarse de ciertos peligros y olvidan que deben salvarse de sí mismos.
Dentro
de mí están mis mejores aliados y mis peores enemigos: fe o dudas, perdón y
odio, amor o desamor.
Lo importante es trabajar conmigo mismo
con disciplina y dedicación, y pulirme día tras día.
Vine a la tierra a evolucionar
espiritualmente y
todo lo demás es tan efímero como la hierba que hoy nace y mañana se quema.
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