Dos estudiantes franceses inventaron la taza
auto-mezcladora.
Consiste
en un baso que lleva una anchura con forma de flotador sobre la base en la que
descansa una bola de cerámica que, al mover la taza, mezclará tu bebida tal y
como lo haría la cuchara.
Debido a la forma de la taza, al beber, la
bola no se sale a su boca, sino que se quedará en la taza.
SIMPLE, SENCILLO Y PARECE MUY BUENO.
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