Pocas veces hemos sido tan conscientes de lo vulnerables que somos como estos últimos días. Las cenizas de un volcán, en la alejadísima y aislada Islandia, han colapsado Europa.
La paralización parcial del tráfico aéreo ha causado un efecto dominó en las comunicaciones en los cinco continentes. Millones de personas se han visto afectadas y los economistas ya están haciendo números para saber qué coste va a suponer esta inusual eventualidad para las finanzas del planeta. El dato sorprendente es que somos una civilización que pende de un hilo. Si el volcán islandés continuara en erupción durante semanas, y podría darse el caso, ¿qué pasaría con nosotros? Muchas veces nos preocupamos por temas que podrán solucionarse o no, pero que no tienen incidencia en nuestras vidas. La nube volcánica es un tema para meditar.
Europa ha vivido el colapso aéreo más impredecible que pudiera jamás imaginar. Las cenizas del volcán islandés han enseñado a los europeos su fragilidad ante el despertar de la naturaleza.
Europa ha vivido el colapso aéreo más impredecible que pudiera jamás imaginar. Las cenizas del volcán islandés han enseñado a los europeos su fragilidad ante el despertar de la naturaleza.
Además en los últimos meses hemos visto como los temblores sacudían las vidas de millones de personas en el Caribe, Chile, China y otros países de Latinoamérica.
¿Que piensa al respecto?
¿Estarán estos fenómenos relacionados?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios