En el escenario de la vida vemos dos clases de personas:
arquitectos de las circunstancias y víctimas de las circunstancias.
Tú
actúas como arquitecto cuando llenas la vida de luz siendo
fiel a unos principios que te guían, como el amor, la integridad, el perdón, el servicio y
el trabajo en equipo.
Esos cinco fueron el baluarte del líder
sudafricano Nelson Mandela en sus 27 años de cárcel. Una experiencia alucinante
que no lo frenó para creer, perdonar y ser presidente de su país.
Ahora bien, ¿qué son los principios? Son el eje o el fundamento de la
vida, son valores rectores o gobernantes que nunca se deben negociar.
También
son la raíz de otros valores como la confianza, el compromiso, la
responsabilidad, la entrega y la generosidad.
Con base en ellos eliges bien tus prioridades y siempre hallas
salidas cuando arrecia el temporal.
Apoyados
en buenos principios los seres humanos se unen y deponen sus antagonismos.
Entonces
suceden hechos espectaculares y la vida gana sentido.
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