En 25 años de ejercer como cardiólogo me he percatado de que los
infartos no siempre ocurren de repente.
Hay ciertas condiciones que predisponen a ellos,
sobre todo en las personas que tienen cardiopatías o que corren riesgo de
contraerlas, como
tabaquismo, diabetes, colesterol alto e hipertensión arterial.
Estar consciente de estos peligros podría ayudarte a modificar tu
estilo de vida y reducir así tus probabilidades de tener problemas.
Principales Peligros:
La muerte de un ser querido: En un estudio
realizado en Estados Unidos con miles de personas que habían tenido infartos,
los investigadores observaron que aquellas que afrontaban la pérdida de un familiar cercano o amigo
íntimo corrían mayor riesgo de sufrir otro ataque cardiaco en el transcurso de
la semana posterior al fallecimiento del ser querido. Otro estudio
llevado a cabo en Suecia mostró que, tras la muerte de un hermano adulto (sea
hombre o mujer), el riesgo de infarto se mantiene alto durante varios años. Si estás sobrellevando una
pérdida y te sientes solo o deprimido, acude a tu médico, familiares o amigos
en busca de apoyo y consejos. No te limites a sufrir a solas en casa.
Un desastre natural muy grave: En las tres semanas
que siguieron al terremoto de 8.9 grados Richter y al tsunami subsecuente que mató a miles de personas en
Japón en 2011, la
incidencia de infartos entre los sobrevivientes se triplicó, en
comparación con la tasa registrada durante esas semanas del calendario en años
previos. Es importante que los equipos de rescate y los servicios de salud
estén conscientes de esto.
Un ataque de gripe: Como si el agotamiento
extremo, los dolores musculares y la fiebre no fueran molestias suficientes, la gripe puede cuadruplicar tus
probabilidades de sufrir un infarto durante un lapso de hasta tres días después de la
enfermedad. El virus puede desencadenar una respuesta inflamatoria capaz
de dañar tus arterias. La deshidratación hace más espesa la sangre, lo que
aumenta el riesgo de formación de coágulos. La fiebre eleva la frecuencia
cardiaca y obliga al corazón a trabajar más arduamente. Si contraes gripe,
acude al médico unos días después para que te examine.
Un gran evento deportivo:
Lo creas o no, apoyar a tu equipo puede dañar tu corazón si te metes tanto en
el juego que tus emociones se salen de control. La Copa Mundial de Futbol es un
asunto muy serio en Brasil. Cuando unos investigadores revisaron datos de
cuatro de estos torneos, observaron
un aumento de los infartos durante el partido final, y la mayor incidencia
ocurrió cuando Brasil era finalista, en comparación con otras selecciones.
Si eres fanático de los deportes, pregunta a tu médico si te convendría tomar
una aspirina infantil diariamente. O mejor aún, trata de tomar las cosas con
calma.
Un lunes de locos: El desánimo de la noche del
domingo también pone triste a tu corazón. Un análisis de la incidencia de
infartos a lo largo de la semana revela que son más frecuentes en los días en
que volvemos al trabajo después de un descanso. Pensar en la carga de tareas que tendremos en la semana
eleva nuestros niveles de adrenalina y cortisol, que pueden aumentar la
presión arterial y la formación de coágulos. Iniciar la semana a un ritmo
tranquilo con 5 o 10 minutos de yoga o meditación por la mañana ha ayudado a
mis pacientes. Caminar después del almuerzo para aliviar el estrés del mediodía
es otra buena idea.
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