Una
de las preguntas más frecuentes de los que en algún momento han pensado en
convertirse en empresarios, o que ya lo han hecho, es cómo triunfar en el negocio. En la mayoría de
casos, la respuesta está en la actitud y las decisiones del emprendedor y no de
factores externos.
En
muchos casos, los empresarios que fracasan tienden a hallar los culpables fuera
de su gestión y rol dentro del negocio. Los bancos, los impuestos, el gobierno e incluso hasta los socios tienden
a tener la culpa del fracaso empresarial, cuando de pronto los errores se
originan por las decisiones de los mismos empresarios.
Estas
son algunas evidencias de por qué los pequeños empresarios fracasan. Algunos
puntos pueden parecer evidentes, pero de ahí la importancia de evaluarlos para
no llevar al fracaso las compañías.
1.
Cuando no se realiza un
estudio adecuado del mercado en el que se quiere emprender y resulta que
no hay suficiente demanda para el producto o servicio a un precio que va a producir
un beneficio para la empresa. Por ejemplo, una pequeña empresa que busque
competir con un gigante y sus economías de escala.
2.
Los propietarios de las pequeñas empresas, suelen ser obstinados, codiciosos,
egoístas y adversos al riesgo de conflicto, producto de sus inseguridad. La
idea no es suficiente para triunfar en un negocio, hay que reconocer los errores que se van
cometiendo en el camino y corregirlos para no volverlos a cometer.
3.
Éste podría ser la más triste de todas las razones para el fracaso, un negocio
que se arruina por el exceso de expansión. Esto incluiría tratar de incursionar en nuevos mercados que no
son tan rentables, o pedir prestado demasiado dinero en un intento de mantener el
crecimiento a un ritmo particular. A veces menos es más.
4. No tener suficiente información
contable y de los flujos de caja de la empresa. Así sea un negocio
pequeño, no se puede tener control, si no sabe lo que está pasando. Con malos
números, o sin números, una empresa se está administrando a ciegas. La
contabilidad no es solo para los impuestos, estar enterado de los movimientos
financieros de la compañía es una de las tareas de todos los empresarios.
5. Todas las empresas deben contar
con un colchón de efectivo. Los negocios igual que la economía son
cíclicos y algunas cosas malas pueden presentarse con el tiempo. La pérdida de
un importante empleado, de un cliente, la llegada de un nuevo competidor, la
presentación de una demanda, todas estas cosas pueden en algún momento de
iliquidez estresar las finanzas de una empresa. Hay que estar preparado para imprevistos, pues muchas
compañías no sobreviven a estos.
6.
Por lo general un empresario no reconoce que su funcionamiento operativo sea
mediocre. Hacer una evaluación objetiva de la compañía es fundamental para la
mayoría de las empresas, más cuando se trata de comercializadoras. Mejorar los procesos de
operación es clave para la rentabilidad e imagen de toda compañía.
8. La
falta de foco, visión, planificación, normas y todo lo que entra en una buena
gestión, afectan el ambiente empresarial. Un buen empresario desecha los conflictos con sus socios
o familiares. Este tipo de problemas y el funcionamiento de una compañía
son una mezcla que garantiza el desastre.
9. La falta de un plan de sucesión,
pueden trazar la línea del fracaso de una empresa. El nepotismo, las luchas de
poder disminuyen la vida de una compañía. Los jugadores importantes, deben sustituirse por personas
capacitadas y con una visión de largo plazo. Esta es una de las razones
por las cuales muchas empresas familiares se acaban antes de llegar la
siguiente generación.
10. Identificar y aceptar cuando se
está en un mercado en retroceso, es de vital importancia para trazarse
un plan para darle continuidad al negocio. Como ejemplo están las librerías,
tiendas de música, los negocios de impresión y muchos otros. Al identificar en
qué segmento del mercado se da el cambio de tendencia, se tomarán las medidas
para mantenerlo e incursionar en esas nuevas tendencias.
“En la vida, es posible perdonar a los amigos y familiares, pero el
espíritu empresarial rara vez se perdona. Al final, todo se muestra en la sopa.
Si a la gente no le gusta su sopa, los empleados dejan de trabajar para usted,
y los clientes dejan de hacer negocios con usted. Por eso que las empresas
quiebran
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