Cuando
veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes.
Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.
¿Uno
que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?.
Los defectos de un hombre se adecuan siempre a
su tipo de mente. Observa
sus defectos y conocerás sus virtudes.
Elige
un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.
Gobernar es rectificar.
La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.
El amigo ha de ser como el dinero, que antes
de necesitarlo, se sabe el
valor que tiene.
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