El amigo es otro yo. Sin amistad el hombre no puede ser feliz.
En las adversidades sale a la luz la virtud.
Es preciso preferir la soberanía de la ley a la de uno de los
ciudadanos.
El
alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos.
Para saber mandar bien, es preciso saber obedecer.
Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas
leyes.
Tiempo es la medida del movimiento entre dos instantes.
La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder.
El que posee las nociones más exactas sobre las causas de las cosas
y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su enseñanza, es más sabio que
todos los demás en cualquier otra ciencia.
Los que obran bien son los únicos que pueden aspirar en la vida a
la felicidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios