Cada lágrima enseña a los mortales una verdad.
Cuando una multitud ejerce la autoridad, es más cruel aún que los tiranos.
Son filósofos verdaderos aquellos a quienes
gusta contemplar la verdad.
Donde reina el amor, sobran las leyes.
La burla y el ridículo son, entre todas las
injurias, las que menos se
perdonan.
Tres facultades hay en el hombre: la razón que esclarece y domina;
el coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que obedecen.
El objetivo de la educación es la virtud y el
deseo de convertirse en un buen ciudadano.
El legislador no debe proponerse la felicidad
de cierto orden de ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.
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