Cierto día salieron a pasear juntas por un lugar, donde se celebraba una hermosa fiesta, la Ciencia , la Fortuna , la Resignación y la Honradez.
En el camino dijo la Ciencia :
-“Amigas, como puede darse el caso de que nos perdamos unas de otras en la fiesta, es bueno convenir el lugar donde podamos encontrarnos de nuevo: a mí me puedes encontrar en la Biblioteca de aquel sabio médico, el doctor X que, como saben, es uno de mis viejos y mejores amigos”
-“Yo me iré a esperarlas en el lujoso palacio de aquel poderoso millonario a quien, como saben, siempre acompaño”
-“A mí me encontrarán en la pobre y triste choza de aquel viejecito a quien con tanta frecuencia veo, y quien, sin exhalar jamás una queja, ha vivido tantos años sufriendo los horrores de su negra suerte”
Las compañeras que la Honradez que se mantenía callada, le preguntaron:
-“A ti, amiga, ¿dónde te encontraremos?”
-“A mí, quien una vez me pierde, difícilmente me vuelve a encontrar”
Cualquier otra cosa podría perderse, pero jamás juegues con la honradez. La pierden muchos en la política, en los negocios, en los estudios o en la religión. Ella determinará el grado de credibilidad que tendremos en la vida.
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