El padre de la fotografía la bautizó inicialmente con el nombre de “heliografía” porque Niépce obtuvo las primeras fotografías exponiendo placas metálicas a la luz de sol. Por eso al procedimiento utilizado lo llamó heliografía, del griego helios (“sol”) y grafía (“escritura” o “dibujo”).
El primer libro ilustrado con fotografías se titulaba Pencil of Nature (“El lápiz de la Naturaleza”). Fue publicado en Londres entre 1844 y 1846 donde se anunciaba “el inicio de un nuevo arte” y se mostraba sus potenciales aplicaciones en ciencia y tecnología.
Se trataba de una cámara muy manejable, comercializada por la Eastman Kodak Company, que se vendía en 1888 cargada con un carrete de 10 fotos y lista para utilizar. Una vez usada se enviaba a la casa Kodak, que extraía el carrete, revelaba las fotos y las devolvía junto a la cámara nuevamente cargada. Con su llegada al mercado el uso de la fotografía se extendió a toda la población.
El primer producto fotosensible que se utilizó fue el betún de Judea. Este alquitrán natural, conocido desde la antigüedad, era obtenido originalmente de la superficie del Mar Muerto, donde emerge continuamente del fondo. En el siglo XIX se empezó a extraer también de las rocas bituminosas. Tradicionalmente se utilizaba para embalsamar las momias egipcias, para calafatear los barcos o para hacer nivelaciones en Babilonia. Y Joseph Niépce comprobó que entre sus múltiples propiedades también estaba la sensibilidad a la luz. En efecto, el betún endurece y se blanquea al recibir luz, aunque necesita muchas horas de exposición. Por eso la primera fotografía de la historia tuvo que permanecer expuesta al sol durante 8 horas.
NOTA: ESTE ES UN PASATIEMPO QUE DEBEMOS INCULCAR A NUESTROS HIJOS DESDE NIÑOS. CON ÉL APRENDEN A FOTOGRAFIAR ELEMENTOS EMOCIONALES, (COMO SUS PADRES Y HERMANOS) O IMÁGENES VISUALMENTE ESTIMULANTES CON COLORES BRILLANTES Y POSTERIORMENTE LES AYUDA A RELACIONARSE CON LOS AMIGOS.
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