Nos dimos a la tarea de hacer un decálogo de esas poses que hacen que una mujer se esfume.
No nos gusta...
1) El pantallero: nada más desmotivador que un hombre sobreactuado que deba impostar sus actitudes o disfrazar su apariencia. Y lo peor: que se le note. “Ser natural -decía Oscar Wilde-, es la más difícil de las poses”.
2) El intelectualoide: nos fascinan los hombres interesantes, quién lo duda, pero no cuando abusan con la arrogancia de su intelecto. Aquellos que miran con ojos entrecerrados y hasta para decir una obviedad abanican la mano como sosteniendo una copa imaginaria, despiertan en nosotras más que empatía: rechazo. Buscamos conversaciones inteligentes, humor fino y sencillez, por más eruditos que sean.
3) El autista: No-nos-gustan los hombres que se escurren en el sofá y se quedan por horas, lelos, idiotizados con la televisión. Si son de esos ‘zombies’ que, además, ambientan la sala con six-packs de cerveza y triángulos de pizza, No se arriesguen.
4) El rogado: Si nosotras damos un paso hacia delante en la conquista y actuamos, buscamos que la respuesta de ustedes sea proporcional hacia nosotras, con la misma intensidad o, al menos, parecida. Un cuerpo que genere resistencia, sin importar su cuerpo, puede resultar perdiendo magnetismo. Física elemental.
5) El posesivo: Intensa y hostigante, esta pose suele manifestarse en eventos públicos. Ya dejen la filosofía del triciclo: ya no lo usan, lo tienen olvidado, pero ay de aquél que se atreva siquiera a tocarlo.
6) El dormido de baba: Nadie ha podido explicar porqué los hombres, a medida que crecen, convierten una siesta en una liturgia de ronquidos, frases sin sentido y babeos incontinentes. Sabemos que no pueden hacer nada contra ello, pero queremos que sepan que no es agradable.
7) El del silencio inquisidor: Si se van a quedar mirándonos eternamente, digan algo. Cuando ponen su codo sobre la almohada, la mejilla sobre la palma y nos miran por horas, sabemos que no nos están contemplando, sino que tienen una pregunta atragantada. ¡Háganla!
8) El retraído: Los hombres tímidos tienen cierto encanto, siempre que no lleguen al punto del atolondramiento. Su aparente vulnerabilidad nos estimula a actuar a nosotras con más seguridad, a tomar iniciativas; pero también esperamos recibir señales. Ténganse confianza y seguridad, al fin y al cabo, nosotras no mordemos.
9) El milamores: No exageren alardeando acerca de su historial de conquistas diciendo “es que yo soy así”. A las mujeres nos siguen gustando más las relaciones serias. ¡A picar en otra flor!
10) El confiado: El confiado desborda su propio ego y ni siquiera sabe cómo administrarlo. Es el típico “macho Marlboro. ¡Es un verdadero fastidio!”. Hay que desinflarlos y bajarlos de su pedestal.
¿Y a usted cuáles son los hombres que menos te gustan y que definitivamente la espantan?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios