La gerencia, el liderazgo, la estrategia requiere de personas interdependientes para que puedan tener éxito. Existen las personas dependientes que necesitan de los otros para conseguir lo que quieren, las personas independientes, que consiguen lo que quieren gracias a su propio esfuerzo y las personas interdependientes que combinan sus esfuerzos con los esfuerzos de otros para lograr un éxito mayor.
Es ampliamente aceptado que existen unos determinismos, es decir, acontecimientos que se dan sin variación y que responden a una causa en particular. Los más conocidos son el factor genético, el factor sicológico y el factor sociológico que incluye la economía y la política. Creemos que lo anterior nos determina y le cargamos la culpa de lo que nos pasa a ellos. ¿El hombre es sólo un producto de dichos factores?
El psiquiatra judío Viktor Frankl fue un prisionero de los campos de concentración nazis y nos dice al respecto lo siguiente: Los que estuvimos en un campo de concentración recordamos a los hombres que iban de barrancón en barrancón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo menos una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias, para decidir su propio camino. Es esta libertad que no se nos puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito.
La lección de gerencia en este artículo es DEDICARSE A LAS COSAS CON RESPECTO A LAS CUALES PUEDO HACER ALGO. Es decir, si realmente QUIERO MEJORAR UNA SITUACIÓN ESPECÍFICA, PUEDO TRABAJAR EN LO ÚNICO SOBRE LO QUE TENGO CONTROL: yo mismo. HAY QUE EJERCITAR ESA LIBERTAD TODOS LOS DÍAS, para ampliarla cada vez más.
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