Los
remedios a base de vegetales pueden ser utilizados para reestablecer el
equilibrio y la armonía perdida del cuerpo. Pero cuidado,
también tienen elementos nocivos para la salud, para lo cual exigen ser bien
administrados.
La medicina vegetal o terapia con hierbas
medicinales, comprende el uso de plantas o partes de plantas en su estado
natural (sin procesamiento químico). Los remedios vegetales pueden incluir el uso de la hojas, raíces,
cortezas, frutos, etcétera o también se puede utilizar la planta entera.
Algunos medicamentos consisten en la mezcla o combinación de diferentes
plantas.
Su administración más corriente, es bajo la
forma de polvos, granulados, tabletas, cápsulas o ingeridos a manera de tés o
tisanas; algunos se aplican sobre la piel formando parte de geles, pomadas,
ungüentos resinosos o adicionados en solución a baños de inmersión. Otra forma
habitual de prescripción, consiste en fórmulas preparadas únicamente con los
principios activos (ingredientes purificados) de las plantas, que han sido
estudiados y probados en laboratorios bajo normas más estrictas de elaboración,
prestando mayor atención a
la seguridad y efectividad de sus componentes.
Las plantas (o sus partes aisladas), a pesar
de ser consideradas productos naturales, no significa que sean inocuas. Los
medicamentos de origen vegetal suelen contener compuestos nocivos para la
salud, por lo cual es
imprescindible ser cautos en su utilización.
Debido a que la mayoría de las plantas
provienen de cultivos artificiales, la interacción química con sustancias tales
como fertilizantes o pesticidas, puede ocasionar efectos colaterales indeseados, incluso peligrosos
para el organismo.
Como ciertos componentes de una misma planta actúan
simultáneamente sobre distintas funciones y órganos, un alivio sintomático
puede verse empañado por un perjuicio funcional.
Tengamos siempre presente que la finalidad de
toda Medicina Natural, está dirigida ante todo a restablecer el equilibrio y la
armonía perdidos, y para lograrlo es imprescindible no provocar daños
innecesarios al organismo.
Si
una persona se siente indispuesta, y se queja de más de una molestia, antes que
nada razonemos, consideremos que hay aquí más de un órgano afectado, pongamos
en nuestra mente la imagen de todo un sistema que se ha desequilibrado, y
consultemos a un profesional que pueda darnos un diagnóstico preciso y la
indicación de cuál es la medicación simple o compleja más eficaz para erradicar
nuestro mal.
Actuando de esta manera, nunca cometeremos
errores, y demos casi por segura nuestra mejoría. ¡¡ Para actuar sobre un
problema, primero hay que identificarlo!!
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