La
inflamación de las articulaciones es una dolencia tan antigua como el hombre.
Los diversos tipos de artritis, ya sea úrica, reumática o
de origen inmunológico o incluso infeccioso, suelen cronificarse.
Los episodios de dolor agudo y persistente pueden llegar
a resultar incapacitantes para llevar una vida normal.
El papel de la alimentación
Además del tratamiento de los síntomas, el cuidado en la
alimentación puede ayudar a paliarlos.
Por ejemplo, se ha comprobado en en los casos de gota,
los síntomas disminuyen con la escasez de alimentos, por tanto, la primera
consideración pasaría por la reducción de la cantidad de alimentos buscando una
alimentación moderada.
Para
ello deben mantenerse unos horarios rigurosos en las comidas.
Procurar
buscar entretenimientos para distraerse y no pensar en comida entre horas.
Excluir
productos cárnicos para eliminar las nocivas purinas de la dieta.
La
dieta estaría basada en ensaladas, frutos secos, cereales, fruta fresca,
legumbre moderada.
Comer
diariamente algunos de estos alimentos: apio, cebolla, pimiento rojo, puerro y
tomate.
Reducir
el nivel de ácido úrico en sangre mediante el consumo de alimentos con
propiedades diuréticas como alcachofa, fresa, higo, limón, naranja, pera, melón
y sandía.
Así mismo se recomienda realizar curas periódicas de eliminación comiendo
exclusivamente un día elegido los siguientes alimentos: limón, zanahoria,
pepino, ajo.
Infusión
para la artritis
Mezclar en un tarro a partes iguales las siguientes
hierbas: abedul, cola de caballo, estigmas de maíz y ortiga.
Preparar infusiones con una cucharadita de la mezcla por
taza de agua.
Posología:
dos tazas al día en las comidas pudiendo aumentarse hasta un máximo de seis en
episodios agudos.
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