Siempre
te voy a contar esta historia. El día más feliz de mi vida fue el día que
naciste, pude ver tu carita, en ese momento te di un beso en la frente, desde
entonces he tenido la bendición y alegría de ver mis días llenos de abrazos,
guerras de cojines, chocolates, hot cakes al infinito, pero sobre todo de tu
compañía.
Me gusta estar contigo, eres mi compañero favorito para
ir a clases de yoga, el momento más feliz de mi clase es cuando al final nos tiramos
en el tapete, cada quien en el suyo y sin decir nada ni voltearnos a ver
extendemos el brazo y nos tomamos de la mano, porque siempre quiero estar
contigo, guiarte y aconsejarte en cada experiencia nueva que te toque vivir.
Ya te platiqué cuál fue el día más feliz de mi vida, y
también sé que el día más feliz para ti fue el día que un señor me tiró un bote
de pintura encima, te reíste tanto cuando pasó esto, tu cara de sorpresa y tus
carcajadas no se me olvidan. Eres lo máximo, me siento muy orgullosa de ti y de
todo lo que haces porque eres mi inspiración para ser una mejor persona y una
mejor mamá.
Te
quiero muchísimo y deseo que tu corazón siempre esté lleno de luz y alegría por
la vida. Que de cada cosa que suceda a tu alrededor puedas decir: ¿qué puedo
aprender de esto?¿a qué me puede ayudar? y que siempre guardes esta carta y
recuerdes que todos los días cuando yo me voy a dormir volteo a ver al cielo y
a la estrella más bonita le pido el deseo de vivir muchos años, más de 100,
para verte crecer y disfrutar cada etapa de tu vida contigo. Te quiero de aquí
a las estrellas un millón de veces.
Tu Mamá
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