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LA DESIGUALDAD ASFIXIA A EE.UU.


EE UU  tiene unos 11 millones de indocumentados que se cree viven en el país.

Se requieren propuestas concretas para mejorar la situación económica de la clase media.

En agosto del año pasado, cuando Estados Unidos conmemoró el aniversario número 50 del famoso discurso de Martin Luther King en Washington, no fueron pocos los que resaltaron que aún persisten las diferencias económicas entre los blancos y los negros en el país.

Las mediciones de los ingresos familiares, la riqueza familiar y la propiedad de viviendas revelan que las brechas hoy son "tan amplias o más amplias que en los años 60 y 70".

Lo ejemplifica con una cifra: la diferencia entre los ingresos familiares de blancos y negros creció de US$19.000 en 1967 a casi US$27.000 en 2011.

Las diferencias también se hacen evidentes cuando se comparan los ingresos de otros sectores de la población. Se resalta que la brecha de ingresos entre hispanos y blancos también ha crecido desde 1970.

Según cifras de la Oficina del Censo, el ingreso familiar promedio de los blancos fue US$67.175 en 2011; US$39.760 de los negros; US$68.521 de los asiáticos y US$40.007 de los hispanos.

Pero también ha habido avances en la situación económica de muchos grupos en Estados Unidos desde la época de Martin Luther King. En el marco del histórico aniversario, la Oficina del Censo resaltó que el ingreso promedio de los negros se ha duplicado, la pobreza ha caído en 14% y ha aumentado la participación educativa de esa población.

La pobreza en Estados Unidos es más pronunciada en los negros.

La Oficina del Censo reportó en septiembre del año pasado que el número de estadounidenses que viven en la pobreza aumentó levemente en 2012 hasta los 46,5 millones.

Pese a que la economía del país mejoró a nivel macroeconómico, el número de personas a las que se considera pobres aumentó en 300.000. La misma entidad indicó que unos 16,1 millones de niños están en la pobreza, así como 3,9 millones de adultos mayores de 65 años.

La pobreza en 2012 fue más pronunciada entre negros (27,2% o 10,9 millones de personas), hispanos (25,6% o 13,6 millones) y asiáticos (11,7% o 1,9 millones) que en los blancos no hispanos (9,7%).

Los autores del informe situaron el umbral de la pobreza en los hogares que tienen ingresos anuales de menos de US$23.492 para una familia de cuatro personas.

Esta problemática ha cobrado importancia en 2014 por el aniversario 50 de la "guerra contra la pobreza" que proclamó el presidente Lyndon B. Johnson en su discurso del Estado de la Unión.

La riqueza aumentó para los más ricos.
Un análisis del Centro Pew sobre las estadísticas reveladas por la Oficina del Censo reveló, en abril del año pasado, que la riqueza aumentó para los más ricos y cayó para el resto.

Entre 2009 y 2011 el valor promedio neto de los hogares en el 7% más rico creció en 28%, mientras el valor neto de los hogares en el restante 93% cayó en 4%.

El análisis explicó que las diferencias se deben al repunte en los mercados de valores -donde concentran sus riquezas los más ricos- en comparación con el rendimiento del mercado inmobiliario, donde las familias menos adineradas tienen puestas las suyas.

Una de las conclusiones de un informe preparado para el Departamento de Educación de Estados Unidos, hace un año, fue contundente: "Ninguna otra nación desarrollada tiene desigualdades tan profundas o sistémicas; niguna otra nación desarrollada ha generado, a pesar de algunos esfuerzos, tantas condiciones desfavorables para muchos de sus niños".

El argumento se refiere al sistema colegial en el país y el informe resalta las disparidades educativas que existen entre los distintos grupos sociales.

El documento resalta que el sistema educativo está "segregado" tanto en temas de ingresos y riqueza como de raza. Y explica que hay 10 millones de estudiantes en las comunidades más pobres que están afectados por un sistema que los vincula a los profesores y escuelas de menor rendimiento, así como a expectativas y oportunidades menores.

Las desigualdades en la educación son claves porque, como explica el Instituto Brookings en un estudio de junio de 2013, una mejor educación es una forma para transformar las circunstancias económicas.

Ese estudio explica que si bien los niños de familias ricas y pobres nacen con habilidades similares, los padres más adinerados invierten más en sus niños, lo que aumenta la brecha educativa colegial y las posibilidades de ir a la universidad.

En cuanto a esto último, Brookings resalta que "un grado universitario puede ser un boleto para salir de la pobreza": una persona de ingresos bajos sin un grado muy probablemente permanecerá en la parte baja de la escala social, mientras una persona de ingresos bajos con un grado puede "fácilmente" llegar a otro nivel, incluyendo el más alto.

No obstante, "las tasas de graduación de la universidad se han incrementado considerablemente para los estudiantes adinerados, pero se han estancado para los estudiantes de bajos ingresos".

Para muchos estadounidenses, la brecha entre ricos y pobres no es un problema muy grave.
La desigualdad en Estados Unidos no se refiere solo a las cifras económicas, sino también a la percepción que hay sobre el problema.

Otra encuesta del Pew encontró que el 76% de los estadounidenses está de acuerdo con la frase "hoy es realmente cierto que los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres".

En el país, la quinta parte más alta de la tabla de ingresos gana 16,7 veces más que la quinta más baja, según el Pew.


NOTA: LA DESIGUALDAD ASFIXIA EN CASI TODOS LOS PAISES

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