Humor
Mi primer contacto con el Spanglish, o
espanglés, fue un curso de inmersión en el primer trabajo que encontré en
Miami. "Don't forget
to postear cada cheque every day", me decía mi compañera. Al día
siguiente ella misma entró gritando: "Oh My Gosh! Casi quedo como sticker
en la esquina. Some dude se pasó la luz roja. ¡Mira! I am still shaking!"
La
que estaba temblando tratando de asimilar ese veloz cambio de idiomas, era yo. Pero lo mejor vino cuando más compañeros comenzaron a conversar con
ella. Allí se formó lo que a mí parecer fue ¡la Olimpiada del Spanglish!
Años después escuché al Nobel de Literatura
Camilo José Cela narrar su primer experiencia con este fenómeno. Sucedió en un
aeropuerto de Estados Unidos, cuando un niño le preguntó: "¿Me regala
dinero para comprar groserías?" El niño en verdad lo que tenía era hambre,
y necesitaba comestibles (groceries).
El
Spanglish, ese dialecto que surge de combinar elementos de español con inglés,
ha dado lugar hasta a diccionarios. Algunos de los
términos que podrían estar incluidos allí son: loncheando (tomar el almuerzo),
hangueando (hang out), textear (enviar mensajes de texto), emailear (enviar un
correo electrónico)... y mi favorita Googolear (hacer una búsqueda cibernética
a través de Google). ¡Si hasta juraría que la inventé yo!
Al preguntarles a algunos amigos de Facebook
cuál era la frase en Spanglish más divertida que habían escuchado, sobraron
razones para reír:
"Déjame inputear tu información"
(inputear, por cierto, es introducir).
"Voy
a la washatería" (lavandería)
"Mijo,
give me the calzones"
"Estoy
recordeando una canción" (grabando)
"Cierra
la window que está reineando" (lloviendo)
"Voy
a setear la computadora" (instalar)
"No
te paniquees... si me paniqueo... ¡Ya me paniquee!"
(entrar en pánico)
¡Wachale por favor! (vigilar).
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