THE DESERT TRAIL EN NAMIBIA
Este es un programa para verdaderos aventureros.
El Desert Trail es una de esas aventuras clásicas que siempre ofrece nuevas experiencias. A pie, a caballo o en bicicleta Namibia ofrece muchas posibilidades, y todas ellas tienen lugar en paisajes sobrecogedores.
Una de las razones poderosas para visitar Namibia es su desierto, uno de los más antiguos del mundo. Es el temido gran desierto del Namib, al sur del país. Las temperaturas extremas, la arena, la soledad y el silencio no son para todos, pero quienes han conocido a fondo este escenario vuelven con algo muy especial en el corazón. Es un desierto siempre cambiante, gracias a los caprichos de los vientos que vienen del océano.
Esas dunas que varían en coloración del amarillo al ocre van formándose y deshaciéndose imperceptiblemente, pero de forma constante. Aunque según las estadísticas es el desierto más árido de África, por las noches la niebla puede adentrarse desde la costa hasta 20 kilómetros hacia el interior dando lugar a una vegetación rala que sirve de alimento a la fauna que alberga en su interior.
Para descubrirlo hay diversas posibilidades, en función del tiempo. El desert trail se puede hacer a caballo, en excursiones que duran 11 días de los cuales 9 se pasan a caballo, o andando durante unas dos semanas. Para ambas opciones, hay que estar en buena forma, así como gozar de buen humor y paz interior, si se quiere tener una buena experiencia en el desierto.
Punto de partida
A más de 1.500 metros sobre el nivel del mar se encuentran las tierras altas del centro del país, un buen punto de partida para la aventura. Las montañas de Khomas Hochland son un buen lugar de inicio. Siguiendo los caminos de tierra del ganado y la fauna salvaje se van dejando atrás paisajes rocosos que van cambiando de color a lo largo del día. El silencio es absoluto y las palabras parecen superfluas ante semejante espectáculo. Las paradas se hacen justo antes del anochecer, una buena cena cocinada al fuego del campamento, una charla amena para cambiar impresiones y luego a dormir en las tiendas. A pesar del cansancio es difícil conciliar el sueño, bajo las estrellas.
Otro de los lugares que se recorren son las montañas de Hakos, a 2.000 metros de altitud, una cordillera de montañas arrugadas donde el terreno conlleva su dificultad. Aquí conviven cebras de montaña, los oryx y los siempre esquivos leopardos, casi imposibles de ver. Incluso se puede optar por la visita al Brandberg, que el punto más alto del país.
Cada día, como si fuera un obligado del viaje, la puesta de sol supera a la anterior como algo nunca visto. El cielo se tiñe de una tenue luz rosada mientras que el sol se convierte en una esfera perfecta de color amarillo anaranjado que se va escondiendo detras de las montañas. No es de extrañar que la zona se haya especializado en turismo para amantes de la astronomía y de la geología, el lugar cumple todos los requisitos.
Su verano es lo mas cercano al infierno terrestre... El mercurio sube y el agua baja... Tanta belleza necesita extremos.
Lo mejor de la aventura es llegar a las mismas puertas del desierto, para ver las dunas de Rooisand. Tocar con la mano su arena fina de color rojo y subir a lo alto de una de ellas, hace que el esfuerzo de llegar hasta allí haya merecido la pena.
No existen palabras para describir la profundidad y misterio del desierto. Otro de los atractivos de la zona son las pinturas en las cavernas y las zonas resguardadas de los roquedos para enseñar a sus hijos los distintos animales, elaborar mapas indicando los lugares de reservas de agua, etc. Algunas de estas pinturas y grabados tienen más de 6.000 años de antigüedad.
Un viaje a Namibia no sería completo sin visitar el parque del Namib-Naukluft, considerado el área de conservación de naturaleza más grande de toda África, de hecho es del tamaño de reino Unido y comprende parte del desierto y las montañas de Naukluft. Se pueden recorrer haciendo trekking, en un camino circular de 120km, que suele llevar 8 días, aunque sólo está permitido de marzo a octubre y para experimentados, ya que las altas temperaturas del resto del año hacen imposible la aventura.
Existen más de 20 tipos distintos de serpientes hasta las hienas manchadas que son difíciles de atisbar. Es en este parque desértico donde encontramos las dunas mas impresionantes del país y del mundo entero, situadas en un paraje conocido como Sossuvlei que no hay que dejar de visitar y trepar a su famosa duna 47 considerada una de las más hermosas del planeta.
El viaje suele acabar en la costa de Namibia, donde el océano Atlántico se enfrenta cada día al continente. No podía ser de otro modo, a largos días de calor intenso les espera la recompensa de una brisa marina que sabe a gloria y el espectáculo de una costa salvaje con el mar de fondo. Para quienes han hecho el camino a caballo una última galopada por la playa será el mejor premio a todos los esfuerzos y sin sabores.
¿Se le mide a esta aventura?
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