Para muchos empresarios preocupados por mantener los costos abajo y por obtener cada centavo posible, los programas de caridad corporativa constituyen un lujo que no pueden costear. Pero en el competitivo mundo de hoy en día, dichos programas pueden constituir la estrategia competitiva más barata que exista. Y esto sin mencionar la satisfacción que pueden generar.
De acuerdo con una investigación realizada por Cone Inc., una firma de mercadotecnia ubicada en Boston, 8 de cada 10 estadounidenses dicen que su lealtad ante una marca aumenta cuando esta está asociada a un programa de caridad. El mismo estudio revela que 90% de los entrevistas se cambiarían de marca si una compañía resultara estar involucrada en un escándalo.
Si bien es cierto que cuando se habla de lealtad ante una marca la discusión tiende a centrarse en las grandes compañías, dicha tendencia es igual de importante en los pequeños negocios. Como hemos visto, 8 de cada 10 personas se cambiarían de marca dependiendo de la reputación de la compañía. Y esto sucede tanto en la Coca Cola como en la tienda de la esquina.
La clave de los programas de caridad es encontrar salidas estratégicas para donar tiempo, dinero o productos de un modo que beneficie a la compañía. Por ejemplo, si estamos lanzando un nuevo producto o servicio, una posibilidad es donarlo a una institución, lo que nos dará publicidad y la oportunidad de probar el mercado. Lo importante es considerar este tipo de programas como una inversión.
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