De
forma natural, los niños suelen preferir los alimentos dulces. Por eso las
golosinas y bebidas azucaradas les gustan tanto. Y la industria
alimentaria, conocedora del poder de persuasión de los niños en la cesta de la
compra, ha multiplicado la
oferta de estos productos en las estanterías de los supermercados y
tiendas en general.
Cuando
el pediatra, la enfermera o el dentista dicen que los niños no deben comer
dulces parece que entran en conflicto con los intereses, tanto de los
niños y sus papás, como de la industria. Sin embargo, el interés de los profesionales es defender la
salud de los niños.
¿Por
qué no es recomendable que los niños tomen jugos y coman dulces? Porque
provocan caries y contribuyen a producir obesidad infantil.
La
caries es una enfermedad infecciosa. La causa principal es un microbio
que se llama Streptococcus mutans. Para evitar que este microbio se multiplique
y ataque a los dientes o muelas es necesario lavarse los dientes y seguir unos consejos en los
hábitos de la alimentación.
La
manera en que los azúcares y este microbio contribuyen juntos a producir caries
es porque la acción de la bacteria sobre el azúcar libera ácidos que
decalcifican el diente, y más si el dulce es pegajoso (golosinas y
algunos caramelos), es ácido (como algunos jugos y refrescos) o se toma
separado de las comidas, entre horas.
Durante las comidas, los alimentos dulces son menos perjudiciales porque
al haber más saliva y otros alimentos, el azúcar está menos tiempo en contacto
con los dientes. Entre horas ocurre lo contrario y los azúcares
contactan más tiempo con las piezas dentales. Además, las comidas hacen subir el PH de la boca
(disminuye la acidez), con lo que también disminuye la agresión al esmalte
dental. Si nos lavamos
bien los dientes después de las comidas, se eliminan definitivamente
esos azúcares.
Un
jugo de fruta natural, integrado en una comida, un desayuno o una merienda
puede perfectamente formar parte de una dieta sana. Lo que no es bueno es tomar
jugos para la sed, entre horas, sean naturales o no. Para la sed lo
mejor es el agua. En cualquier caso es conveniente tener en cuenta que tiene
mucho más valor nutritivo una fruta en trozos, que su jugo solamente.
Tampoco
este es un hábito saludable. Las bolsas de patatas fritas y otros
aperitivos salados tienen azúcares de otra clase, azúcares complejos, pero se transforman en azúcares
simples por el efecto de la saliva, lo que al final también aumenta el riesgo de caries.
¿Se pueden hacer excepciones? ¡Claro que si! La excepción, la fiesta de
cumpleaños, la salida del domingo de paseo… no son el hábito. Lo perjudicial es
el hábito, la costumbre de tomar siempre, todos los días y con frecuencia,
dulces y bebidas dulces.
Pero
donde hay que ser inflexibles y no permitirlo nunca es endulzar el chupón con
azúcar o con miel. Y tampoco
hay que dejar dormir a un bebé con un biberón de leche o de jugo en la boca.
El bebé se acostumbra muy rápidamente al sabor dulce y este hábito produce
caries muy graves, que llamamos caries del biberón, y que destruyen totalmente los dientes que acaban
de salir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios