Comer poco es la manera más efectiva
para tener una vida más longeva.
La
conclusión viene del estudio del efecto que tiene la enzima RHEB-1 en la
duración de la vida y de cómo este componente se altera en función de la ingesta
calórica de cada individuo.
La restricción
alimentaria es la intervención más eficaz y más reproducible para extender la
esperanza de vida en especies. En los mamíferos, se ha constatado la existencia
de dos regímenes alimentarios que tienen una clara incidencia a la hora de
prolongar la vida y de reducir el número de problemas de salud relacionados con
el envejecimiento.
El primero de ellos es el “ayuno
intermitente”,
capaz de incrementar los años de vida incluso en el caso de que la reducción de
la ingesta de calorías sea escasa e incluso inexistente. El segundo es “la restricción
calórica crónica”, que implica una reducción constante y mantenida en el
tiempo de los alimentos ingeridos y que también influye en la citada enzima.
NOTA: LO IMPORTANTE ES UNA ALIMENTACION BALANCEADA Y ACORDE CON LAS NECESIDADES DE CADA PERSONA Y
ATENDIENDO LAS RECOMENDACIONES DEL DIETISTA
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