Siempre me siento feliz, sabes por qué? Porque no espero nada de nadie; Esperar siempre duele.
Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte.
La vida es corta, por eso ámala, se feliz y siempre sonríe, solo vive intensamente para ti y recuerda:
- Antes de hablar, escucha
- Antes de criticar, examinate
- Antes de escribir, piensa
- Antes de herir, siente.
- Antes de rendirte, intenta
- Antes de morir, VIVE
Shakespeare, siendo aún muy joven, llega a ser un buen burgués, de mente liberal y humanista, que ve al mundo desde esa situación de clase.
Shakespeare veía al mundo con benevolencia y con desprecio a la vez.
Estaba plenamente a favor de los derechos humanos, pero consideraba insoportable al populacho, por su arrogancia y prepotencia. Su actitud social y política ha sido estudiada por numerosos críticos posteriores, entre otros Marx y Engels, fundadores del pensamiento socialista. Estos afirman que Shakespeare, como Balzac, a pesar de sus posiciones conservadoras, fueron campeones del progreso, porque habían comprendido la injusticia de la situación y querían el bien para todos.
Pero al medir la calidad del pueblo y su derecho a la vida política, no pudieron renunciar a su punto de vista de clase social, y no legaron a identificarse con las mayorías.
Por tanto, hay que ubicar a Shakespeare, como a Cervantes, entre las personas más positivas de su época. El hecho esencial de expresar en sus obras una visión trágica del mundo, es ya una prueba de su sentido de responsabilidad. No fueron revolucionarios, sino progresistas, sin renunciar a su deseo de rango. Y al plasmar en su obra la realidad de su tiempo, acusaron directa o indirectamente la corrupción del poder.
Si esto no se entiende, se caerá en juicios peyorativos acerca de la concepción burguesa de varias piezas del autor, en las que queda de manifiesto que su tipo humano ideal era el de los comerciantes ricos, elegantes y generosos, con sus gestos sensoriales y sus modales finos. Admiraba las virtudes burguesas por encima de los aristocráticos feudales.
Al igual que Cervantes, se mofaba de las virtudes caballerescas porque veía en ellas esquemas morales y mentales absurdos y deshumanizantes.
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