Ayer termine el proyecto “Water
for Kids in Kibera”. Los tres tanques quedaron instalados en los colegios y además
pudimos comprar cepillos de dientes para 900 niños de estos colegios. Ahora el
compromiso es que AHCP va hacer un seguimiento mensual a los colegios para que los
programas de higiene y sanidad que tiene la organización se lleven a cabo en estos colegios que ahora
tiene el agua suficiente para desarrollarlos. Aquí les comparto algunas fotos:
Fruitful |
Brainstorm |
Hamlet |
Hamlet |
Además fui a despedirme de
los niños y les lleve una parte de mi ropa, mis sabanas, mis toallas, mi jabón
y todas las cosas de aseo personal que seguramente voy a tener en mi casa. La despedida
fue muy triste. Ojala algún día pueda volver a ver los niños grandes. Me hicieron
una carta:
Fui a despedirme de Susi y ella como siempre
divina conmigo, me regalo un collar. Ademas, la despedida con los otros voluntarios de
la casa también fue triste, en especial la de Yasmin. Una persona que fue muy
importante durante este tiempo, no solo para el proyecto que llevamos a cabo
sino también por la experiencia en general. Para cuidarnos las enfermedades,
expresar nuestras ideas y nuestros sentimientos etc. Sé que nunca se me va a
olvidar y espero poder ir a Brasil a visitarla.
Estoy ahora en Estambul, en
una conexión de nueve horas para llegar a las 12 pm a Barcelona. Pienso que después
de esta experiencia voy a vivir mi vida de una manera muy diferente, mas
agradecida con la vida y mas consiente de las cosas pequeñas que me hacen
feliz. Si fui feliz en Barcelona los cinco meses anteriores, creo que estos
cuatro días que me quedo allí los voy a
disfrutar como nunca. Ayer en una medio despedida que me hicieron en la casa, estábamos
hablando de lo que a cada uno le había parecido la experiencia y coincidimos en que la gran lección es que
las cosas materiales no llenan ni nos haces felices, por el contrario, nos
generan profundos vacíos que no nos damos cuenta que existen en nuestra vida hasta
que vemos el mundo real, el mundo que vive mas del 70 porciento de la
humanidad, ese mundo que era tan desconocido para nosotros. Por esto, la
experiencia genera muchas dudas en cuento a como estamos viviendo la vida, ?si lo que hacemos nos hace realmente felices?, si valoramos lo que tenemos? . Porque
definitivamente la felicidad no es tener miles de grados de estudio, o ser profesional,
o tener una casa y un carro. _Como estos niños son felices sin nada? En definitiva,
entre las miles de lecciones que me deja esta experiencia, la más importante es
que mi prioridad va a ser feliz, hacer algo que me gusta todos los días,
levantarme cada día feliz y aprovechar cada instante de la vida.
Si todos los seres humanos entendemos
y conocemos el mundo que nos rodea, seguramente la sociedad seria muy distinta.
Porque definitivamente los seres humanos pensamos que la vida que cada uno
lleva es la misma de los demás. Porque cuando no estamos sintiendo dolor nos
olvidamos que podemos estar enfermos, cuando no estamos sintiendo hambre no
pensamos que hay millones de personas muriendo se hambre y así… Creo que la clave es estar en constante
contacto con las personas que lo necesitan. No basta sacar un poco de dinero, o
ropa o cualquier “cosa”, debemos vivir la realidad de los demás. Si todas las
personas nos proponemos a hacer una obra de caridad cada semana, ir a una fundación,
o a un hospital o a un barrio pobre y hacer una pequeña labor no solo cambiaríamos
el mundo de aquellos que lo necesitan sino también el nuestro. Desapegándonos de
todas esas cosas materiales que nos absorben lentamente y ese mundo superficial
que nos consume. Como dice mi papa, >para que un carro nuevo si a la semana
se nos olvida en que vamos montados? Los seres humanos somos 100 porciento
seres de costumbre y estoy segura que todos podríamos vivir con la mitad de lo
que tenemos y SEGURAMENTE seriamos más
felices. Cuando llegue a Kenia, al principio, extrañaba la ducha caliente,
tener papel higiénico en baño, la comida y todas las comodidades que ni siquiera nos damos cuenta que existen. Al final me acostumbre y eso
dejo de importar. Y como fue esta experiencia funciona la vida. Cuando tenemos
una casa nueva, la disfrutamos, la cuidamos y después de un tiempo se nos
olvida que estamos en la casa x o y. Por eso sé que me debo proponer a no
olvidarme de esta experiencia que me hizo crecer tanto como persona y valorar
la vida que tengo.
Finalmente, quiero darle las
gracias a todas esas personas que apoyaron el proyecto “Water for Kids in
Kibera”, ya sea con una donación o contándole a los amigos o compartiéndolo en Facebook
o de cualquier otra manera. Todo contribuyo para que esta idea, que al
principio parecía imposible, se convirtiera en una realidad y tomara una dimensión
inesperada. Además, muchas personas me han preguntado sobre el proceso para
participar en una experiencia como estas. Para todas estas personas interesadas
les doy las mejores recomendaciones y tengo todo el tiempo disponible si tienen
alguna pregunta o quieres saber algo en especial. Además, tengo varios contactos e información que podría ser
de gran ayuda.
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