Si quieres vivir más alegre, el secreto
es bien sencillo: Elige dar gracias sin cesar por lo pequeño y lo grandioso.
Una persona agradecida y que valora lo
que es y lo que tiene
¿cómo puede estar en el cementerio de la tristeza?
Dijo un
sabio: “Sufrimos demasiado
con lo poco que nos falta y gozamos muy poco con lo mucho que tenemos”.
En
cierta ocasión Jesús curó a diez leprosos y solo uno de ellos volvió a darle
gracias. Ver Lucas 17,11 ¿Tú eres agradecido?
La gratitud no solo te alegra, también
te pone de buen humor y mejora tu ánimo y tu salud.
Da gracias cada día por cosas distintas, solo ten ojos para apreciar
todo lo bueno y tanta belleza de la creación.
Haz el buen negocio de cambiar quejas
por acciones de gracias.
La
ingratitud es una plaga.
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