China
no sólo ha dejado atrás la sombra del estancamiento económico de su pasado
comunista, sino también ha logrado escabullirse de la recesión mundial para dar
un repunte repentino e impresionante en sus finanzas a través de la inversión
en innovaciones tecnológicas, científicas, energéticas y ecológicas, y del
aprovechamiento de un gran número de talentos y emprendedores jóvenes.
Mientras
que los países del occidente luchan por dar un impulso a sus debilitadas economías,
China, con su modelo de capitalismo controlado por el Estado, ha alcanzado impresionantes
cifras de crecimiento y está próxima a destronar a Japón de su puesto como
segunda economía del mundo, y a Alemania como el mayor exportador. La nación se
ha revitalizado con capital humano joven, nuevas industrias, aerolíneas
propias, vehículos eléctricos y trenes de alta velocidad.
Si bien todos estos avances proyectan un futuro promisorio
para el país asiático, China no se encuentra preparada, en la actualidad, como
para desempeñar un papel importante en el liderazgo económico mundial, puesto
que las tecnologías con las que aspira competir ya han sido desarrolladas en
otros países.
Según los expertos, el modelo económico que ha generado el
crecimiento de China durante tres décadas (principalmente la producción en
serie y exportación de bienes de consumo) es insostenible y desequilibrado y,
por lo tanto, debe cambiar para
1) Fomentar
el desarrollo de productos innovadores basados en tecnologías fabricadas localmente,
2) Crear
industrias de energías renovables.
3) Ampliar
el sector de servicios.
Otra acción favorable para el fortalecimiento de la economía
china consistiría en dar cabida a la inversión extranjera; no obstante, el
Estado se niega a aligerar su excesivo control sobre la economía y se centra en
financiar sólo las empresas controladas por el gobierno, dejando a un lado a
las compañías extranjeras. Sin
duda alguna, este modelo afecta
1) La apertura
económica de China,
2) La implementación
de reformas de mercado
3) La competitividad
del país en el extranjero.
Ante esta falta de innovación y competitividad, China, sin
embargo, no se mantiene de brazos cruzados y ha iniciado una apuesta agresiva
por el uso de energías renovables, la expansión del sistema de salud público,
el otorgamiento de subsidios para la adquisición de vehículos pequeños y
aparatos eléctricos. Al mismo tiempo, está invirtiendo en proyectos de
investigación y nuevas industrias para desafiar el problema de las
falsificaciones y convertirse en un peso pesado en la electrónica, con una
fuerte presencia en el mercado de EUA y, en un futuro, en una superpotencia
mundial.
NOTA: EL CRECIMIENTO ECONOMICO DEBE SER ARMONICO CON EN EL DESARROLLO
SOCIAL… ESPEREMOS UNOS AÑOS A VER QUE OTROS CAMBIOS POSITIVOS OCURREN EN CHINA
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