El sobrepeso se duplica en 30 años
Uno de cada tres menores de edad está por encima de su peso y más del 50% de la población de adultos padece sobrepeso y uno de cada seis es obeso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que la obesidad ha alcanzado cotas de pandemia y que afecta a casi todos los países occidentales.
La obesidad se ha convertido en uno de los principales problemas sanitarios de los países industrializados.
En Estados Unidos uno de cada tres adultos tiene obesidad.
Es alarmante, porque un niño gordo se convertirá, con toda probabilidad, en un adulto enfermo de obesidad.
El problema no es solo estético, es de salud.
La obesidad es una enfermedad cara. Los gastos de atención médica para personas obesas son, al menos, un 25% mayores que para gente de peso normal.
Nada de lo que se está haciendo actualmente en el mundo parece atajar el problema. Las políticas desarrolladas por los gobiernos para frenar esta pandemia son "insuficientes".
Los expertos proponen más educación, políticas sanitarias tajantes y medidas fiscales que graven los alimentos más dañinos.
Los pronósticos son que dos de cada tres personas pueden llegar a padecer obesidad en los próximos 10 años.
Las consecuencias serían muy graves económica y socialmente.
"Las personas obesas mueren entre ocho y diez años antes que las que tienen un peso normal.
Cada 15 kilos de más aumenta el riesgo de muerte temprana un 30%
Esta enfermedad está muchas veces acompañada de otras evitables como la diabetes, los problemas cardiovasculares o incluso algunos tipos de cáncer.
La obesidad en ese USA lleva aumentando sin freno desde hace décadas.
Ya no se come en familia y los alimentos y el tiempo dedicado a la comida no es el mismo. La obesidad y el sobrepeso han aumentado a niveles sin precedentes.
Un niño con alguno de sus progenitores obeso tiene tres o cuatro veces más probabilidades de padecer esta enfermedad. Y no solo por el componente genético; la alimentación, la actitud hacia la comida y el sedentarismo también son importantes. No podemos cargar toda la culpa en si nos alimentamos mal. Si no nos movemos también tendremos obesidad; y los niños pasan casi tres horas al día frente al televisor o la videoconsola.
Hay que establecer acuerdos con la industria alimentaria.
Habrá que esperar al menos un lustro para saber si los planes actuales para frenar la obesidad, están dando resultados.
Se deben eliminar los pasteles y los refrescos de las máquinas expendedoras y cafeterías escolares para dificultar que los niños consuman alimentos demasiado ricos en grasas y azúcares.
Lo fundamental es la educación.
En los países desarrollados la obesidad es mayor las personas de nivel social y educativo más bajo, En dichos países la comida “chatarra” es mucho más barata que un tipo de alimentación más sana, rica en frutas y verduras. Allí la obesidad afecta de manera importante a las mujeres que tienen un nivel de educación bajo
Los problemas de salud van de la mano con las peores perspectivas de trabajo.
Las personas obesas suelen tener peores puestos y peores sueldos que las personas con peso normal. Las empresas prefieren contratar a candidatos que no padezcan esta enfermedad
En Estados Unidos, por ejemplo, más del 40% de las mujeres blancas con obesidad severa están desempleadas.
Los obesos ganan hasta un 18% menos que las personas que no sufren esta enfermedad. "Necesitan faltar más días al trabajo, demandan más beneficios por invalidez, y tienden a ser menos productivos en el trabajo que la gente de peso normal"
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