Los planes definidos producen resultados definidos. Los indefinidos simplemente no producen nada. El escribir las metas tiene su valor:
A menos que se escriban las metas y objetivos se perderá la atención en el tráfico de nuevos problemas, nuevos retos y nuevas decisiones. Las metas por escrito nos ayudan a mantenernos en el recto camino hacía el progreso y actúan como "pantallas" para eliminar las distracciones e interrupciones externas.
Las metas por escrito son útiles para medir el progreso en el esfuerzo. Hacen ver hasta dónde se ha llegado. Es una forma de retroalimentación para medir los resultados. Sin metas por escrito y a plazos nuestra memoria se vuelve borrosa y se pierde la motivación.
Escribir cristaliza el pensamiento y el pensamiento cristalizado motiva a la acción.
El mero hecho de escribir las metas, clarifica el propósito y la decisión. Es una forma de obligarse a sí mismo a actuar.
Las metas escritas sirven como referencia y recordatorio de los objetivos.
Un plan escrito ahorra tiempo y energía porque se sabe en todo momento hacía donde se camina.
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