Un
terapeuta familiar afirma que las parejas salen adelante si no convierten su
relación en "una batalla de egos". Ambos respetan sus espacios,
valoran las diferencias
y aceptan al otro tal como
es sin dejarse maltratar. Sencillez
En
lugar de luchar por el poder lo comparten, bien
conscientes de sus fortalezas y sus debilidades. Examine usted una ruptura y casi siempre los conflictos
de poder serán uno de los factores destructores.
Por eso perduran las relaciones de aquellos que son espirituales
y aprenden a controlar el
ego. Su afán está en crear armonía, no en dominar, su distintivo es la
flexibilidad, no la terquedad.
Qué bueno que esto lo entendieran las parejas que deciden separarse sin medir
las consecuencias. Ojalá se den cuenta de todo el daño que causan con su soberbia y su egoísmo,
en especial a los hijos.
La
sabiduría nos enseña que el orgullo nos separa y la sencillez nos une.
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