UTOPIA

Mi abuelo me contaba que Colombia era un país diferente

Fui criado con principios morales:

Cuando era niño madres, padres, profesores, abuelos, tíos, vecinos  eran autoridades  dignas de respeto y consideración.

Inimaginable responder maleducadamente a los mayores, maestros o autoridades…

Confiábamos en  los adultos porque todos eran padres de todos los chicos de la cuadra…

Teníamos miedo apenas de lo oscuro, de los sapos, de las películas de terror…

Hoy me siento triste por todo  lo que perdimos.

Por todo lo que mi hija y nietos  un día temerán.

Por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes y  viejos.

Derechos humanos para criminales, deberes ilimitados para ciudadanos honestos.

No tomar ventaja es ser un tonto.

Pagar deudas al día es ser idiota… Amnistía para los delincuentes…

¿Qué pasó con nosotros?

Profesores asesinados en las aulas, comerciantes amenazados por malhechores, rejas en nuestras ventanas y puertas.

¿Qué valores son éstos?

Joyas que valen más que abrazos

Hijas queriendo una cirugía como regalo por pasar de año

celulares en las mochilas de los jovencitos..

¿Qué vas a  querer a cambio de un abrazo?

La diversión vale más que un diploma,

Más importante una pantalla gigante que una conversación.

Más vale parecer, que ser…

¿Cuándo fue que todo desapareció o se hizo ridículo?

¡ Quiero arrancar las rejas de mi ventana

Para tocar las flores !

Quiero sentarme en un sillón y tener la puerta abierta en las noches de verano.

Quiero la honestidad como motivo de orgullo.

Quiero la rectitud de carácter, la frente limpia y la mirada a los ojos.

Quiero la esperanza, la alegría, la confianza

Vamos a volver a ser “gente”.

Tener el amor, la solidaridad, la fraternidad como base. 

Construir un mundo mejor, más justo, más humano, donde las personas respeten a las personas.

Abajo el  “TENER”, viva el “SER” !

Y viva el retorno  de la verdadera vida,
simple como la lluvia, limpia como un cielo de abril,

leve como la brisa
de la mañana! 

Y definitivamente bella, como cada amanecer.

¿Utopía?

¿No crees que vale la pena  intentarlo?

Nuestros hijos se lo merecen y nuestros nietos nos lo  agradecerán.