Maneja tu mente o ella te manejará a ti. Conócete bien y mira cómo la mente puede arruinar tu felicidad.
A la mente le encantan los juicios, las separaciones, los superlativos, los diminutivos y las clasificaciones.
Y si no estás alerta, cuando menos lo piensas te roba la paz y deteriora en grado sumo tus relaciones.
Por eso los sabios piden armonizar mente y corazón, vibrar con Dios y dejarse guiar por su espíritu.
De seguro ya te has quedado perplejo más de una vez ante la fragilidad de tus juicios y las historias que te cuentan.
Piensas lo peor de alguien, elaboras fantasías mentales y luego compruebas tu error con dolor.
Mira pues qué quieres hacer para estar más consciente y desterrar tantos juicios e ideas estériles.
La famosa duda metódica de Descartes es valiosa porque te vuelve humilde, sensato y precavido.
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