Jugar a pintarles las uñas a las niñas,
a cepillarles el cabello o, tal vez, a obligarlos a hacer fuertes rutinas de
ejercicios físicos a los niños son, sin duda, excentricidades que caben en la
cabeza de los adultos, pero no en la de los chicos.
Hace
pocos días fue noticia mundial una niña de 10 años que recibió bótox en su
rostro para prevenir sus ‘arrugas’, pero, ¿qué arrugas podría tener a esa edad?
En estos casos, los niños imitan el
comportamiento de los mayores.
Hay niñas que no tienen de
dónde ser vanidosas, pero que lo asumen porque ven en los medios de comunicación una
figura de lo que ellas desean ser.
Es
por esto que los padres deben estar allí para interpretarles, de la mejor
manera, lo que están viendo y escuchando, porque para los niños todo comportamiento es natural si no se le
dice lo contrario.
Es
clave tener en cuenta que antes
de los 7 años el menor aprende todo de la casa. Después, él abre un
nuevo mundo y aprende comportamientos de otras personas.
Una persona con excentricidades a
temprana edad podría llegar a padecer enfermedades como anorexia y bulimia,
ludopatía (afición al juego), trastornos de atención y de belleza, problemas de
superioridad, bajo desempeño escolar, exclusión de los amigos y egocentrismo, entre otras alteraciones.
Las
excentricidades son los
comportamientos inusuales que no corresponden a patrones normales del
desarrollo. Muchos adultos las reconocen como exageraciones, pero otros, quizá, ni
siquiera se percaten.
Las
más comunes son:
- Nombres: Personas con nombres de artistas de cine, músicos y hasta equipos de fútbol.
Michael Jackson y Millos Alejandro, por mencionar algunos. Es como si de
una vez le pusiéramos al niño lo que queremos que sea o lo que nosotros no
fuimos.
- Ropa: Padres que visten a los niños como adultos, por lo que
se empieza a ver una madurez precoz en esos menores.
- Accesorios: Niños recién nacidos con varias cadenas y manillas que, más que
adornar su cuerpo, se convierten en una incomodidad para el bebé.
- Lúdica:
Saturar los niños con varias
actividades diarias ocasionará un desgaste en el pequeño y llevará
a la desintegración sensorial, es decir, que no pueda utilizar las
habilidades que tiene el niño.
- Empleados: Delegación
del cuidado de los niños a terceros. Ya no les es suficiente una
ayudante en casa. Ahora, las mamás quieren una niñera, sicoorientadora y
una enfermera. Es
excéntrico tener que recurrir a tantas personas, aun en la
presencia de la madre.
- Belleza: en su mayoría, el concepto de belleza se lo venden
los padres y se les
enseña que esta es solo física y se les olvida la belleza de sentir, oír y
tocar. Entonces, es cuando niños de 4 años se sienten con más peso o más
bajos de estatura y hasta desean cambiar el color de su piel. Ahora, por
las excentricidades de los adultos, los niños parten de lo que no quieren ser.
- Dinero:
la obsesión por tener
plata es uno de los fenómenos más comunes actualmente. Como no la
tienen, manipulan el
comportamiento de los demás para
lograrla. Por eso, muchos padres terminan ‘comprando’ la disciplina
de ellos, a cambio de dinero.
Tome el control
• Identifique sus propias
excentricidades y manéjelas.
• Observe a los hijos y no caiga en la
creencia de que su hijo es ‘avispado’ para su edad. A lo inusual hay que
prestarle más atención.
• Dialogue con los educadores.
• Si descubre una excentricidad, no la
vea como una enfermedad, sino como un
factor al que se le pude sacar provecho. Por ejemplo, si el niño es apasionado
por el ejercicio, dígale lo importante que es practicar un deporte por salud,
no por ser bello.
• Permita que su hijo vea televisión,
pero siempre acompáñelo e interprétele lo correcto. Porque con el silencio, el
niño asumirá que es una conducta normal.
• Si su hijo empieza con determinadas
conductas obsesivas hacia un tema específico, hay que observarlo. Investigue,
hable con él y asesórese de un especialista.
•
Permita que sus hijos exploren el Internet, pero asístalo en este
proceso.
Explíqueles los riesgos y demuéstreles
que no todo lo que sale en Internet es cierto. Por ejemplo: desde su correo, envíe
un mensaje al e-mail del pequeño, pero adjúntele una foto diferente a la suya.
De esta manera, él entenderá que debe aprender a reconocer lo verdadero de la
Red y de los medios de comunicación.
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