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LOS HUMANOS COMENZARON A VOLVERSE MENOS INTELIGENTES


Un estudio muestra cómo los puntajes del test de coeficiente intelectual disminuyen notablemente desde 1976.

¿Nos estamos volviendo más tontos?
 
Aquellos que aclaman que todo tiempo pasado fue mejor tienen ahora una razón, avalada por un estudio científico, para agarrarse a esta creencia: este estudio, elaborado por el centro noruego Ragnar Frisch Centre for Economic Research, estima, tras reunir un sofisticado grupo de pruebas experimentales, que sus resultados de coeficiente de inteligencia han disminuido lenta, pero inexorablemente, en las últimas décadas. ¿Significa eso que el humano se está volviendo ‘más tonto’ con el paso del tiempo? Depende de lo que entendamos por inteligencia. Por el momento, lo que el estudio demuestra es que los humanos modernos, en algún momento de la historia del siglo pasado, comenzaron a volverse ‘menos inteligentes’ según las mediciones de test de coeficiencia intelectual. En concreto, desde 1976.

El estudio consistió en analizar los resultados de las pruebas de coeficiente intelectual de un grupo de hombres jóvenes, aquellos que ingresaron al servicio nacional de Noruega (que es obligatorio) entre los años 1970 a 2009. En total, se contabilizaron 730.000 resultados.

Al estudiar los datos, los investigadores se dieron cuenta de que los puntajes disminuyeron en una media de 7 puntos por generación: una clara disminución de los resultados de las pruebas, que llevan realizándose desde hace aproximadamente 70 años.

Los puntajes del test de coeficiente intelectual de los ciudadanos noruegos ha descendido notablemente desde 1976.

El ‘efecto Flynn’ ha cesado
Ya en estudios previos se demostró que las personas que crecieron en la primera mitad del siglo XX tenían un coeficiente intelectual más elevado que sus antepasados, una tendencia que recibió el nombre de ‘efecto Flynn’. Aunque nunca se llegó a una conclusión clara con respecto al motivo de esta tendencia creciente, se especuló con varios factores de mejora de la calidad de vida, como una mejor nutrición, el cuidado de la salud, una mejora en la educación… No obstante, la tendencia creciente ha terminado, según el nuevo estudio.

Menos libros y más pantallas
Los investigadores encontraron algunas diferencias entre los grupos familiares, lo que sugiere que parte de la disminución en los resultados podría deberse a factores ambientales. Pero también sugieren que los cambios en el estilo de vida también podrían explicar parte del declive, como los cambios en el sistema educativo: niños que leen menos e interactúan más con pantallas.

Investigaciones similares
Lamentablemente, otros investigadores han encontrado resultados similares. Un equipo británico descubrió que los resultados del puntaje en el test de coeficiente intelectual caían de 2,5 a 4,3 puntos cada década desde aproximadamente el final de la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, en diciembre de 2017 otro grupo de los EEUU descubrió que los niños que crecen comiendo mucho pescado tendían a tener coeficientes intelectuales más altos y también dormían mejor, lo cual es otro factor involucrado en los niveles de inteligencia adulta.

Un cambio en la manera de medir la inteligencia
¿Qué podemos concluir de estos resultados? Afirmar que el ser humano se está volviendo, inexorablemente, ‘más tonto’ con el paso de las décadas tal vez sería engañarnos, dado que es una afirmación sujeta a una vara de medir única, que lleva usándose desde hace generaciones: el test de coeficiente intelectual. Si los puntajes de este test son cada vez menores, cabe preguntarse si no sería necesario establecer un cambio en la manera en que los sistemas educativos y los investigadores tienen de medir la inteligencia humana. Si bien esta parece estar cambiando, puede que no signifique que el cambio sea significativamente ‘a peor’.

Puede que, sencillamente, las inteligencias (que son múltiples en el ser humano), capacidades y áreas de operativa humana estén cambiando con el simple transcurrir de la evolución, y que esta tendencia no sea ni mejor ni peor que la comparativa con generaciones anteriores.

¿Es el desuso de los libros en favor del uso masivo de las pantallas indicador de menor capacidad cognitiva? ¿Es la disminución de los tiempos de concentración un elemento perjudicador para la vida del humano moderno? ¿No estarán los investigadores eligiendo modelos de medición de la inteligencia pasados de época?

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