Los
betacarotenos son compuestos entre los cuales existen pigmentos que le dan el
típico color anaranjado o amarillo a una gran variedad de verduras y frutas.
También están presentes en otras verduras de hoja verde o verdes oscuras, como
las espinacas o el brócoli.
Los
betacarotenos son un precursor de la vitamina A, eso quiere decir que
mantienen en buen estado nuestra visión y piel, mucosas y huesos).
Ayudan a evitar el envejecimiento celular ya que reducen
el efecto de los radicales libres en el organismo.
Estimulan
el sistema inmune fortaleciendo las defensas naturales del organismo.
Además, favorecen la producción de los glóbulos blancos,
protectores del cuerpo.
Ayudan a cuidar la piel, pues también activan la
melanina, una protección natural del cuerpo contra los rayos nocivos del sol.
Previenen la aparición de enfermedades del corazón, ya
que también ofrecen protección contra el daño relacionado con el colesterol
“malo” en la sangre.
Reducen
el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer.
Protegen a los ojos de las cataratas y evitan la
resequedad ocular por diversos factores.
Ayudan a reducir las úlceras estomacales gracias a su
acción protectora sobre las células.
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