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UNA HERMOSA ANÉCDOTA DE GABRIEL GARCIA MARQUEZ


En 1999 volábamos de Bogotá a Cartagena (Colombia) en compañía de la familia a disfrutar de unas vacaciones.

En el avión vimos que viajaba en primera clase el escritor y premio novel de literatura Gabriel García Márquez con varios de sus acompañantes.

Mis hijas Daniela y Valeria quienes en ese momento tenían 10 y 7 años respectivamente, decidieron tomar una hoja de papel e ir a la silla que ocupaba Gabo a pedirle un autógrafo.

Gabriel habló un rato con ellas y les explicó que él no firmaba autógrafos en hojas sueltas, que él solo autografiaba libros y se despidió muy amablemente de ellas.

Cual no sería nuestra sorpresa cuando al día siguiente en la recepción del hotel en Cartagena, Gabriel García Márquez les había dejado a Daniela y Valeria un ejemplar de su libro “RELATOS DE UN NAUFRAGO” debidamente autografiado dibujando 2 hermosas flores con el texto “Una flor para Daniela y otra para Valeria”.

Mis hijas muy emocionadas le escribieron una nota, le compraron un obsequio y fuimos a llevárselo a su casa en Cartagena. Nos abrieron una pequeña ventana y nos atendió uno de sus empleados. Por cierto mis hijas nunca nos permitieron leer la nota que le escribieron.

Increíble que un hombre tan importante, y tan ocupado, se haya tomado la molestia de regalarles su libro a unas pequeñas niñas, hacerles la dedicatoria, ubicar el hotel donde estábamos alojados y llevarles este espectacular obsequio que aún guardan con mucho orgullo y como un tesoro.

Esta anécdota es solo una muestra más de lo excepcional que fue este gran hombre.

CARLOS ALBERTO LONDOÑO ARANGO


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