"Sólo los que pueden ver lo invisible logran lo
imposible" Recuerdo haber encontrado esta frase en una tarjeta hace varios
años y nunca la olvidé porque me ha dado mucho que pensar desde entonces.
Todo lo que hacemos en nuestras vidas, desde los primeros
pasos y palabras de un bebé, hasta los negocios de un adulto... TODO es el resultado directo de
una idea que concebimos en nuestra mente primero. La materia prima de toda
materialización es una idea, una necesidad que engendra un deseo. Sin
una idea original que nos lleve a anticipar el resultado que deseamos, no nos
es posible lograr absolutamente nada. Podemos materializar en nuestras vidas
sólo lo que deseamos y vemos en el plano "invisible" de nuestra
imaginación.
Cuando deseamos algo y nos consideramos capaces de lograrlo,
experimentamos las más renovadoras emociones de entusiasmo, ánimo, alegría,
anticipación, determinación... pasión. Nos sentimos capaces de todo... y mientras nos
encontramos en medio de la euforia de esos sentimientos y energías SOMOS
CAPACES DE TODO. La
diferencia entre la persona que logra sus sueños y la que no los logra está en
la capacidad de permanecer motivada por la pasión que le confieren sus deseos y
sueños.
Pero un sueño, cuando primero lo concebimos, es algo tan
delicado y frágil como una burbuja de jabón. Para proteger la hermosa burbuja en la que sólo nosotros
podemos ver reflejado el arco iris, es necesario el silencio. ¿Por qué?
¿Recuerda la última vez que usted se acercó a un amigo a contarle una idea y en
cuestión de unos minutos le hizo ver cuán descalabrada, poco práctica o
ridícula era? Por el contrario, ¿cuándo fue la última vez que un amigo le animó
en su entusiasmo, sin expresar reservas?
Lamentablemente
entre la mayoría de las personas encontramos más críticos que apasionada
fanaticada. Cuando algo se encuentra en una etapa tan intangible, como
lo es una idea, resulta muy difícil para otros entender. En la mayoría de los casos las
críticas son bien intencionadas, pero el resultado es igualmente fatal.
Todo lo que se requiere es un par de comentarios muy sensatos y racionales para
hacer desaparecer la burbuja de jabón que manteníamos a flote con nuestro
entusiasmo y pasión.
Si unas
pocas palabras logran apagar el ardor y pasión del creador, la idea deja de
existir. El potencial de su materialización desaparece totalmente.
El
silencio ofrece protección pero es también un gran desafío. El mismo
entusiasmo que sentimos nos hace querer revelar a todos el motivo. Además, la
propia energía que emitimos lleva a otros a darse cuenta de que tenemos algo
entre manos y nos exhortan a contarles de qué se trata. No es fácil resguardar
ese silencio, pero el lograrlo nos trae como recompensa la veta de oro.
Existe una segunda razón por la cual el silencio es tan
importante.
El puro hecho de hablar sobre lo que queremos lograr, sobre
lo que vamos a hacer para lograrlo, sobre todo lo que va a significar en
nuestras vidas el lograrlo, disipa la propia pasión y energía que necesitamos
para alcanzar la meta. Al compartir con otra persona estamos en cierto modo
"disfrutando" de los frutos de la idea y eso disminuye la ansiedad
interna que es lo que nos impulsa a actuar. De hecho, hay muchas personas que se conforman con hablar
sobre planes y sueños que nunca hacen nada por realizar porque encuentran
suficiente satisfacción con un logro "mental" que pueden compartir
con otros.
Mientras más dura nuestro silencio en torno a algo que
queremos lograr, mayor es la pasión que crece dentro de nosotros y nos lleva a
ACTUAR... y eso es lo que hace posible la materialización del sueño.
Una vez que ya hemos actuado, que comenzamos a ver
resultados concretos de lo que queremos alcanzar, ENTONCES podemos comenzar a
compartir con otros. Pero a esas alturas no se trata de algo ilusorio que sólo
existe en nuestra imaginación, sino algo REAL que ya hemos comenzado a obtener.
Ahora la reacción de otras personas es muy diferente. No se sienten en posición
de hacernos ver cuán inconcebible y poco práctico es lo que deseamos, sino que
pasan a convertirse en aliados para poder compartir con nosotros lo que ya
tenemos. Deja de ser una cuestión de poner en duda un concepto imaginario, para
convertirse en una oportunidad de contribuir y participar en algo que ya se ha
materializado.
Para poder generar ese tipo de apoyo y colaboración de otras
personas es igualmente importante que cuando estamos listos a compartir un
sueño que ya comienza a materializarse, NUNCA lo presentemos a otros como algo
que tal vez lograremos en el futuro, sino algo con lo que ya contamos en el
presente.
El mundo está siempre listo a vitorear y pagar las entradas
para ver al atleta que lleva en sus manos un codiciado trofeo, pero no así a
animarlo cuando tiene que sacrificarse para comprar su primer atuendo
deportivo. No podemos
cambiar la naturaleza humana, pero sí podemos aprender a protegernos contra lo
que puede ser contraproducente en nuestras vidas.
EL SILENCIO, A SU DEBIDO TIEMPO, ES UNA VALIOSÍSIMA PROTECCIÓN.
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