Dedica
unos 20 minutos diarios a la meditación en estado de perfecta relajación,
preferiblemente en la mañana.
Busca
un lugar calmado y recuéstate, haz respiración desde el
abdomen llenando tus pulmones, pero sin hacer esfuerzo.
Aprender
la respiración abdominal es excelente y que ser
consciente de tu inhalación, la pausa breve y la exhalación.
Sé consciente, paso a paso, de cada parte de tu cuerpo, también de tus
emociones y enfoca te mente en Dios.
Meditar no es concentración porque eso
tensiona, es
desconcentrarse y tener la mente enfocada en lo que te llene de paz.
Puedes meditar en actitud de gratitud, de
alabanza o adoración. Puedes
meditar en actitud de perdón sincero.
Es bueno meditar visualizando la belleza de la creación,
fluis con un río, bucera en la mar, entrar dentro de la tierra.
Medita en comunión con los ángeles, con el mensaje de
una canción, utilizando todos los cinco sentidos. Meditar te colma de paz.
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