Google Ads

DOLORES DE ESPALDA


Relaciónelos con nuevas costumbres

¿Usted hace parte de esos ocho hombres de cada diez en este planeta que sufre de dolor de espalda? Ayúdese, simplemente adopte nuevas costumbres.

El mal Un dolor de espalda no mata, pero puede ser la mismísima muerte en vida. Es, después del dolor de cabeza, la aflicción más recurrente de la humanidad, al punto que afecta a ocho de cada diez hombres en algún momento de sus vidas. Es, además, la causa más frecuente de incapacidad transitoria en los adultos de este planeta.

¿Y por qué?, por muchas razones. La primera es tan básica como deprimente: a pesar de todo ese tiempo que ha pasado desde que el hombre adoptó la posición erguida, unos tres millones de años, la única verdad es que el ser humano no ha podido acomodarse a una espalda recta -en posición vertical-, porque nunca estuvo diseñada para permanecer así: podríamos estar todavía en cuatro patas. Eso significa que el hombre aún resiente esta "nueva" posición y eso se traduce, obviamente, en dolor.

Luego, desde lo estrictamente anatómico, en esa gigantesca parte de atrás, que va desde el cuello hasta las nalgas, habitan algo más de 140 músculos individuales que por otras muchas razones se pueden trastornar, por no hablar de 33 huesos -también individuales-, además de los más importantes nervios de la anatomía de un ser humano. Y para completar, la médula espinal, la columna vertebral y sus áreas circundantes son el conducto de intercomunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo.

Las otras causas del dolor hablan de problemas generados por la psique -el mismísimo "coco", como decimos los colombianos-, ya que los malos pensamientos, las depresiones, el mal genio, los traumas emocionales, estrés, etcétera, son también culpables de los dolores de espalda.

Un "mico al hombro" o "un piano sobre la espalda" nunca aparecen porque sí. Como ya se dijo, las causas pueden ser múltiples: físicas, psíquicas, incluso heredadas o, con muchísima frecuencia, consecuencia de nuestras tensiones y posturas. Muchos de los dolores lumbares del ser humano emergen por cuenta de una inflexibilidad de naturaleza física o psicológica, por la debilidad de los músculos de esta zona -lo cual significa que usted hizo poco ejercicio, lo cual, a su vez, revela que usted es más sedentario que Homero Simpson-, por el estrés y, ¡pilas!, por los muebles y objetos que utilizamos (camas, colchones, almohadas, sillas, sofás, etcétera). Y todo se puede solucionar.

Las preguntas son: ¿Le duele la espalda tras agacharse a coger un papel?, ¿al levantarse por la mañana?, ¿al lavar los trastos?, ¿al hacer cualquier esfuerzo físico?, ¿al permanecer largo rato en la misma postura? Por favor, ayúdese.

La cura A menos que usted tenga una columna vertebral más torcida que el fútbol colombiano, el origen de un dolor de espalda -y su solución- casi siempre reposan en las posturas. Es así de sencillo. Por eso hay que empezar por cambiar, poco a poco, ciertas terribles costumbres corporales adquiridas.

Después de preguntarles a especialistas en la espalda -incluidos reumatólogos, traumatólogos, quiroprácticos, bioenergéticos, acupunturistas, fisioterapeutas y médicos especializados en dolor-, el meollo del asunto de todo tratamiento para una dolencia lumbar pasa por tener claras las posturas que hacen daño y por reeducar esas obsoletas costumbres corporales que nos aquejan. Aquí cuatro claves.

Cuando está sentado
Jamás hay que tumbarse en la silla, ni ver la televisión "echado" en el sofá, ni mucho menos de lado. No suba los pies al escritorio por mucho tiempo. Y, sobre todo, no se haga el tonto, a todos nos enseñaron a sentarnos bien y eso es tan sencillo como sentarse bien: sobre las nalgas, sin encorvarse y con los pies en el piso.

Cuando está de pie
Hay que respetar la curvatura natural de la columna, dejando caer la mayor parte del cuerpo sobre los talones. ¡Ojo!, diga no a los zapatos de tacón alto ya que, además de que se ve un poco "lobo", le hacen mucho daño a su espalda.

Cuando se agacha Mucha atención, siempre hay que flexionar las piernas y bajar en cuclillas. Nunca, pero nunca, hay que doblar la espalda ni mucho menos levantar objetos pesados si no se acurruca del todo.

Cuando se acuesta
Acuéstese y duerma. No se gaste las horas viendo televisión con su mentón tocando su pecho. Hágase un favor ya: saque la TV de su habitación. Además, preferiblemente duerma en un colchón duro y, si puede, mande a hacer una almohada a la medida.

Evite el bisturí Antes de que un médico le diga que usted tiene una lesión severa de espalda, con alta posibilidad de que le pasen el bisturí, usted puede hacer muchas cosas para arreglársela.
Al igual que una gripa, que responde mejor a un agua de panela que a dos pastillas cada ocho horas, el tratamiento del dolor lumbar se alivia mucho mejor con remedios simples -aplicados de forma continuada-, que con tratamientos de acción rápida. Aquí cinco recomendaciones básicas.


1. Haga la "L". Tírese al piso con las piernas en alto y apóyelas en una pared. Es una vieja técnica de relajación que reduce la presión en la espalda. También puede poner los gemelos apoyados en lo alto de una silla y las rodillas dobladas en un ángulo de 90º.

2. En efecto, por mamerto que le suene, yoga, pilates y estiramientos con técnicas terapéuticas provenientes de la rehabilitación y la fisioterapia, sirven y mucho.

3. Levántese de la cama. No descanse demasiado. No sea vago. Estar quieto es la mejor manera de ayudar a que el dolor crezca y, por qué no, a aumentar la probabilidad de quedar tieso como una estatua. Mejore su forma física, camine y, si puede y quiere, camine llevando pequeños pesos en las manos.

4. Cambie de zapatos. El tacón madera no sirve para un carajo. El impacto de las pisadas en el asfalto genera un estrés físico que se transmite a la espalda y produce dolor. Ese dolor puede evitarse usando zapatillas deportivas o con plantillas.

5. Al agua, pato. No hay nada mejor para la espalda que sumergirla en una piscina. Los ejercicios en el agua son la mejor forma de desoxidar esos músculos de la espalda que pocas veces utilizamos. Nadar es parte de la solución. Y si a eso le suma una media hora de "jacuzzi", mejor.

Contra el dolor Si no aguanta el dolor de espalda, masajéese -o mejor, pida que su pareja le masajee los puntos "gatillo"- con una bolsa de hielo envuelta en una toalla húmeda. Quince minutos después, pase al calor de las almohadillas eléctricas o las bolsas de agua caliente. Está comprobado, el método ''calor-frío'' funciona.

También puede tomar aspirina. La dolencia lumbar se puede aliviar con cualquier calmante que tenga ácido acetilsalicílico, ibuprofeno o paracetamol, medicamentos que no requieren receta médica. Obvio, no se exceda, que a los "drogos" siempre les va mal.
Si no le pasa el dolor, habrá entonces que someterse a un tratamiento especial.

Al tratar padecimientos de espalda, es necesario realizar un diagnóstico preciso por un especialista y efectuar los procesos más adecuados para reintegrarse a la vida cotidiana de la manera más rápida posible.
RECOMENDACIÓN
MEDITE SOBRE LA CAUSA REAL DEL DOLOR QUE PUEDE SER ORIGINADO POR ESTRÉS, UNA MALA POSICIÓN EN EL TRABAJO, UNA SILLA O UN COLCHÓN DEFECTUOSO, JORNADAS DE TRABAJO MUY LARGAS SIN TIEMPO PARA DESCANSOS PERIÓDICOS, MUCHO TIEMPO SIN TOMAR VACACIONES, UN MANEJO DESORDENADO DEL PRESUPUESTO, UN MAL JEFE, FALTA DE CONTROL SOBRE LOS HIJOS ETC.

CORRIJA EL ORIGEN DEL PROBLEMA, ASESORESE Y LUEGO CONSULTE AL MEDICO


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Por favor, escriba aquí sus comentarios

Gracias por su visita.

EnPazyArmonia