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UNA HISTORIA DE GUERRA


En la epoca de la guerra de Vietnam, despues de estar unos seis meses en
el frente, un muchacho logra regresar a su casa. Al llegar a San
Franciso les llama a sus padres…


-Mama, Papa. Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor.
Traigo a un amigo que me gustaria que se quedara con nosotros.
-Claro -le contestaron- nos encantaria conocerlo.
-Hay algo que deben de saber -el hijo siguio diciendo- el fue herido en
la guerra.
Piso en una mina de tierra y perdio un brazo y una pierna. El
no tiene a donde ir, y quiero que el se venga a vivir con nosotros a
casa.

-Siento mucho el escuchar eso hijo. A lo mejor podemos encontrar un
lugar en donde el se pueda quedar.

-No, Mama y Papa, yo quiero que el viva con nosotros...
-Hijo- le dijo el padre- tu no sabes lo que estas pidiendo. Alguien que
esta tan limitado fisicamente puede ser un gran peso para nosotros.
Nosotros tenemos nuestras propias vidas que vivir, y no podemos dejar
que algo como esto interfiera con nuestras vidas. Yo pienso que tu
deberias de regresar a casa y olvidarte de esta persona. El encontrara
una manera en la que pueda vivir el solo.

En ese momento sin decir mas el muchacho colgo la bocina del telefono.
Los padres ya nunca volvieron a escuchar de el.


Unos cuantos meses despues los padres recibieron una llamada telefonica
de la policia de San Francisco. Su hijo habia muerto despues de caer de
un edificio, la policia creia que era un suicidio
. Los padres
destrozados de la noticia volaron a San Francisco y fueron llevados a la
morgue de la ciudad a que identificaran a su hijo. Ellos lo reconocieron
de inmediato; para su horror ellos descubrieron algo que no sabian, su
hijo tan solo tenia un brazo y una pierna.


Los padres de esta historia son como muchos de nosotros encontramos muy
facil el amar esas personas que son hermosas por fuera o que son
entretenidas. Pero, ¿somos capaces de amar a todos sin condiciones?.
Seguramente que los padres si hubieran sabido que el supuesto amigo era
en realidad su hijo, no hubieran puesto pretextor, pero, ¿acaso no
podemos amar a todos por igual sin necesidad de etiquetas?

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