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LA BUENA COSECHA

En el vasto campo de la vida, cada uno de nosotros siembra las semillas de sus sueños, esperanzas y esfuerzos. Con paciencia y dedicación, trabajamos la tierra de nuestras metas, regamos con perseverancia y enfrentamos los vientos adversos con valentía. Y así, en el transcurso del tiempo, llega el momento esperado: la buena cosecha.

La buena cosecha no es simplemente el resultado de la suerte o el azar, sino el fruto de la constancia y la diligencia. Cada semilla plantada con amor y cuidado se convierte en una promesa de crecimiento y realización. A veces, durante el proceso de cultivo, enfrentamos desafíos inesperados, como tormentas que amenazan con arrancar nuestras raíces. Pero es en esos momentos difíciles donde demostramos nuestra fortaleza y determinación.

La vida nos enseña que la paciencia es una virtud invaluable. Las semillas que plantamos no brotan instantáneamente; requieren tiempo para germinar y desarrollarse. Es durante la espera paciente que cultivamos no solo nuestros campos, sino también nuestras almas. La paciencia nos brinda la capacidad de resistir las adversidades y nos permite crecer a medida que enfrentamos las estaciones cambiantes de la vida.

La buena cosecha no se trata solo de logros materiales, sino también de crecimiento personal. Cada desafío superado, cada lección aprendida, contribuye a la riqueza de nuestra experiencia. Las dificultades no son obstáculos insuperables, sino oportunidades para fortalecernos y florecer aún más. En este proceso, descubrimos nuestra resiliencia y la capacidad de transformar los momentos difíciles en piedras fundamentales para un futuro más fuerte.

Cuando finalmente llega el tiempo de la cosecha, nos maravillamos ante la abundancia que hemos cultivado. Las recompensas son la manifestación tangible de nuestro arduo trabajo y dedicación. Pero, más allá de los frutos cosechados, la verdadera gratificación se encuentra en el viaje: en las lecciones aprendidas, las amistades forjadas y las experiencias que nos han moldeado.

Así, la buena cosecha es el testimonio de una vida bien vivida, donde cada esfuerzo ha sido una inversión en nuestro propio crecimiento y en el bienestar de quienes nos rodean. Nos recuerda que, aunque no siempre podamos controlar las circunstancias externas, sí podemos elegir cómo respondemos a ellas. 


REFLEXION
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.

También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:

Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.

En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros.

¿Tardó sólo seis semanas en crecer?

No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas para desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno, y que éste requiere tiempo...

Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y coherente y saben esperar el momento adecuado.


De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos, ni abandonemos por no 'ver' el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

Tiempo...

¡Cómo nos cuestan las esperas! ¡Qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos...!

Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...

Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés...

¿Para qué?

Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación.
Gobernar aquella toxina llamada impaciencia, la misma que nos envenena el alma.....

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...
Quizás sólo estés echando raíces...


NOTA: Con determinación, paciencia y un corazón lleno de gratitud, cosechamos los frutos de una vida plena.

FRASES DE ÍNGRID BETANCOURT


• "Yo bendigo a mis enemigos, porque eso nos lo pidió Dios. Creo que hay que bendecir a los que nos hacen daño y al hacerlo uno se fortalece. El odio es un sentimiento que le hace daño a uno mismo. Nos quita dignidad y grandeza. Es como una cadena".
• "Los golpes nos hacen crecer mucho más que las victorias. Estoy convencida de eso".
• "Si uno quiere la paz se la tiene que merecer y, por tanto, tiene que tener una actitud de paz".
• ¡YA PERDONAMOS!
• "Le pido a Alfonso Cano (Jefe guerrillero), que perdone a los secuestrados que allá siguen y a los guerrilleros, porque nadie tuvo la culpa de lo que pasó".
• "Hice un esfuerzo espiritual para ponerme en paz conmigo misma y con Dios y aceptar todo, incluso la muerte".
• "Debemos revisar nuestra actitud y que en los corazones haya menos indiferencia y mayor tolerancia".
• El cabo William Pérez secuestrado: "El secuestro me dejó más cosas positivas que negativas. Ahora valoro más la vida, la familia, los amigos y todo lo bueno. Creo que todo pasa por algo y para algo, y que hay una misión en la vida".

Su ejemplo es un regalo para todos.

Tu espíritu vuela cuando eliges ser compasivo, tolerante, generoso y alegremente humilde.

CLUB DE LAS 3S

Solteros, separados o solos.

Las estadísticas demuestran, que este grupo ha crecido con desmesura y seguirá haciéndolo. La razón más fuerte son los cambios de los hombres, de las mujeres y de las relaciones entre ellos.
1. Hace años, en la antigua Esparta, al hombre que a los 30 años estaba soltero lo desterraban o lo aislaban socialmente.
2. Hoy en día, en el Reino Unido, calculan que en el 2030, la mitad de las personas estarán solteras.
3. Según las estadísticas 14 por ciento de los 'hogares' son unipersonales.


El hecho es que en la sociedad que llaman postmoderna, prevalece un miedo soterrado o abierto al compromiso. Muchos no quieren casarse ni tener hijos y acrecientan la lista de los solteros, los solos y los separados.

¿Está en crisis el matrimonio? Obvio que sí. ¿Hacia dónde evoluciona? Hacia unas relaciones más libres y temporales. El arquetipo de 'relación para toda la vida' está agrietado y, de hecho, no existió desde siempre.

Esto asusta a los moralistas, pero la historia se abre paso por otros rumbos y nada la detiene. Entonces, lo que necesitamos es salir del Club de la S y entrar al 'Club de las D.5'. En otras palabras, cultivar un amor libre y liberador con estas cinco actitudes:
1. Darse y dar sin esperar recibir, sin hacer trueques.
2. Dedicación. Amar es un arte y todo arte pide compromiso y perseverancia.
3. Diálogo. De palabras, gestos y también de sentimientos. Si el diálogo es amoroso la relación no se convierte en una batalla de egos y no hay luchas de poder. Eso se logra con respeto, tolerancia y comprensión.
4. Detalles. Con ellos nace el amor y sin ellos se marchita.

5. Dios. Está demostrado que los que viven conectados con Dios aman de corazón, crecen en las crisis y llegan al otoño unidos y serenos. ¿En qué club quiere estar usted? Elija amarse y amar para poder ser feliz.

MARTIN LUTHER KING

El 4 de abril de 1968, murió asesinado Martin Luther King. Este pastor bautista y firme creyente es un líder de esos que dejan una huella imborrable y dio la vida por sus ideales de equidad y hermandad. Su fogoso discurso 'Yo tengo un sueño', en Washington, es elogiado como uno de los mejores de la historia. Lo pronunció en agosto de 1963 con una unción especial y, aún hoy en día, cuando uno lee apartes como el que sigue, siente una fuerza que lo inspira: "no nos hundamos en el valle de la desesperación aunque veamos delante las dificultades de hoy y mañana. Tengo un sueño: que un día esta nación se pondrá en pie y realizará el verdadero significado de su credo; sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas; que todos los hombres han sido creados iguales. Tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivirán en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por su carácter. Tengo un sueño: que un día niños negros y niñas negras podrán unir sus manos con niños blancos y niñas blancas, como hermanos y hermanas. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, orar juntos, luchar juntos, ponernos de pie juntos, sabiendo que un día seremos libres".

Martin Luther King recibió el Premio Nobel de la Paz en 1964, y antes de ser asesinado en Memphis, ya había sido víctima de varios ataques y de un apuñalamiento. Si uno se acerca a su vida y sus discursos aprende mucho sobre su liderazgo inspirador, en especial de su transparencia, su confianza irreductible y su capacidad para unir mentes y corazones en pos de una misión.

Fue fiel a sus principios y en la misma línea de Gandhi, supo defender los derechos por el camino arduo de la no violencia. Por eso dijo: "la violencia trae más violencia. La oscuridad no puede deshacer la oscuridad; únicamente la luz puede hacerlo. El odio nunca puede terminar con el odio; únicamente el amor puede hacerlo".

Como todo buen líder tenía sus vacíos y sus períodos de desfallecimiento. Alguna vez afirmó que no había renunciado a su sueño gracias a su fe en Dios en sí mismo y en la humanidad. "Cuento con aliados cósmicos" dijo en otra ocasión hablando de los ángeles.

Mientras otros caudillos negros atizaban la hoguera del odio, Luther King invitaba a la tolerancia y al perdón. Por eso, su mensaje y su testimonio de vida son tan valiosos y oportunos para nuestra patria y estamos urgidos de llevar a la vida su credo expresado en pensamientos como estos: - Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol. - Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano. - Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces; pero no hemos aprendido a vivir como hermanos. - La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve. El mundo está a oscuras no tanto por el mal que hacen los malos como por el bien que no hacen los buenos.

A VECES SOLAMENTE QUISIERA QUE ENTENDIERAS

A veces te digo que te amo, porque ¡Te Amo!; y a veces lo que necesito verdaderamente es escuchar que me amas... Otras te escucho atentamente pues me interesas y me interesan tus cosas, pero en realidad también quisiera que me escuches; mas siempre suspiro en tus finales y pienso que mañana será un nuevo mañana donde tal vez pueda compartir mis experiencias contigo del mismo modo ávido con que me cuentas tú de tu experiencia...

Hay ocasiones donde te doy una caricia y sólo espero que me la reciproques, y hay veces que te miro rogándole a la Vida tu mirada... A ratos sólo quiero tu ternura derramándose tierna por la mía sin más excusa que la ternura misma...

Cuando mi mano busca anhelante el roce de tu piel es claro que te deseo y más que eso, deseo tu deseo, pero sobre todo lo que más quiero es demostrarte del modo en que te quiero...

A veces solamente quisiera que entendieras...

LA ECUACIÓN SAGRADA

Hay personas con una gran imaginación: imaginan que todo lo que hacen está bien hecho. Todo crítico u opositor está equivocado, es un enemigo, un antipatriota, o un delincuente.

Por eso el ego, que es el yo soberbio, es el causante de tantos estragos y conflictos inútiles. El ego siempre está convencido que tiene la razón, no sólo un pedacito de ella. Y ante esa premisa, sólo cabe una conclusión sin atenuantes: Todos los demás están equivocados.


Los sabios aseguran que muchas personas son infelices porque la soberbia les impide ubicarse en el justo medio. No practican la 'ecuación sagrada' que consiste en saber dar y saber recibir. Algo complicado para el egoísta que sólo quiere recibir y el masoquista que únicamente vive para dar.

Darse y dar es tan importante como recibir, pero tambien se debe valorar por igual la crítica y el elogio, lo material y lo espiritual, lo exterior y lo interior, la razón y el corazón para disfrutar una vida en armonía.

Para lograrlo los budistas aprecian mucho la práctica meditativa tonglen que en tibetano significa enviar (tong) y recibir (glen). Es un ejercicio de transformación espiritual que te aquieta y te armoniza con los demás y el universo.

Consiste en acompasar tu respiración con el deseo de asumir lo negativo e irradiar lo positivo. Sientes que inhalas hacia tu corazón todo el dolor, tristeza y sufrimiento de tu entorno. Te suena extraño, pero así creces en compasión y abres tu corazón y tu mente a todo lo que sientes.

Luego exhalas alivio para el dolor, alegría, paz, bondad, amor, y deseas que todos los seres vivos estén bien. Al inicio puedes sentir molestia o incomodidad, pero con la práctica esas sensaciones se esfuman y sientes paz.

Persevera y tomarás consciencia de que no hay que cambiar el mundo sino tu percepción de él, tu mente y tu corazón. El sendero correcto es de humildad y amor sin estar hipnotizados por lo aparente.

FRASES DE LES LUTHIERS 4

La mano viene movida (Parkinson)
La mujer que no tiene suerte con los hombres no sabe la suerte que tiene
La pereza es la madre de todos los vicios y como madre hay que respetarla
La verdad absoluta no existe y esto es absolutamente cierto

Las horas se me pasan volando (Un piloto de aviación)
Laz drojaz te buelben bruto
Lo importante es el dinero, la salud va y viene
Lo importante es lo de adentro (Jack el Destripador)
Lo importante no es ganar, sino hacer perder al otro
Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe
Lo mío no es complejo... ¡¡es calentura!! (Edipo)
Lo que los personajes famosos nunca le dijeron a nadie
Lo que mata no es el cigarrillo... es el cenicero (Huberto Roviralta)
Lo triste no es ir al cementerio, sino quedarse
Los honestos son inadaptados sociales
Me hicieron teta (Una silicona)
Me salvé con el SIDA (Un preservativo)
Mi esposa tiene un buen físico (Albert Einstein)
Mi mamá es una rata (Mickey)

Mi marido se vive yendo por las ramas (La esposa de Tarzán)
Mi novia es una perra (Pluto)
Mi novio es una bestia (La bella)
Mi papá es un viejo verde (El increíble Hulk)
Muera Firestone (Un sapo)
Muerte a la gaseosa (Soda Stereo)
Muerte a los comechingones (Los chingones)
Muerte a los pitufos(Los Enanitos Verdes)
Nadie es perfecto (Nadie)
Ningún tonto se queja de serlo No... les debe ir tan mal.
Ningún tonto se queja de serlo. No les debe ir tan mal.

EJERCICIOS MENTALES SEIS

Si alguien dice "estoy mintiendo" ¿estará diciendo la verdad? Si dice la verdad entonces miente y si miente entonces dice la verdad. 

El barbero del pueblo afeita a todos los hombres que no se afeitan solos. ¿quién afeita al barbero?.

Respuesta:
Estas dos paradojas no tienen solución; son afirmaciones mal planteadas que llevan a una contradicción.

PENSAMIENTOS INFANTILES

Oración de un niño: Dios mío, como tú todo lo puedes, quiero que me conviertas en un televisor.

Así seré muy importante en la casa, me dedicarán mucho tiempo y estarán pendientes de mí.

Si soy un televisor me tomarán en serio cuando hablo y seré el centro de la atención sin interrupciones.

Mis padres tendrán tiempo para mí, por más cansados que lleguen del trabajo, y me buscarán si están aburridos.

Mis hermanos se pelearán por estar conmigo, me cuidarán y dejarán de ignorarme.

Quiero ser un televisor para que me corran si algo no funciona y piensen en mí todo el tiempo.

Además, podré divertirlos y entretenerlos, aunque no les diga nada que valga la pena.
Señor, no te pido mucho, lo único que deseo es recibir el cuidado y la atención de un televisor.

SÓLO NOS SALVA EL AMOR REAL

Si eres un creyente apasionado recuerda que no puedes amar mientras juzgas al que no está en tu credo.

Lo que importa no es la diferencia entre los que tienen credo o no, sino entre los que aman y los que no aman.

Por lo mismo elige valorar tu fe y, al mismo tiempo, sé tolerante y deja de enjuiciar a los demás.

¿Para qué te sirve tu religión si te la pasas condenando a quienes no siguen tu camino?

¿Qué clase de fe practicas si te llenas de soberbia espiritual porque tú sí estás en el grupo de los santos y los puros?

Sólo nos salva el amor real, ese que no juzga, ese que acepta a los otros así como son, un amor humilde y generoso.

Dios ama a todos por igual y al morir desaparecen los credos y sólo permanece el verdadero amor.

En el más allá nos vamos a llevar muchas sorpresas porque allí no hay religiones, razas, ni grupos.

CREER Y VISUALIZAR

Cree en el poder del pensamiento positivo y de las buenas vibraciones. Siéntete conectado con todo el Universo, con Dios, los ángeles y las personas.

Hay tres medios poderosos para atraer tus deseos:
La mente positiva,
La visualización
La oración confiada.


Cuando piensas en algo, lo visualizas a diario y tienes una fe firme es cuando atraes lo que deseas. Relájate, vive conectado con Dios y ora con fe. Dios siempre te da lo que necesitas, no necesariamente lo que pides. Eres espiritual cuando fluyes en el amor. Entonces todo es bueno para ti, incluso lo que llaman malo. El pensamiento positivo es mil veces más fuerte que el negativo y atrae lo mejor si deseas algo con toda el alma. Repite una y otra vez en tu interior: en este momento todo el Universo está trabajando para realizar mi deseo.

Los seres positivos convierten una dificultad en una oportunidad tal como lo hizo el señor Art Fry. Fry trabajaba en la empresa 3M y los domingos cantaba en el coro de su iglesia, en North St. Paul en Minessota. Acostumbraba señalar los cantos con papelitos que con mucha frecuencia se caían. En 1947, durante un sermón buscaba una solución y se visualizó aprovechando un adhesivo débil creado por Spencer Silver, otro empleado de 3M. El adhesivo, desechado años atrás por ser poco potente, era exactamente el que él necesitaba. Desarrollar bien el nuevo invento tardó año y medio, porque no era fácil crear un taco de notas adherentes bien presentado. Lo que más costó fue lograr que el taco quedara sin abultamientos en el extremo que tenía el adhesivo. Así, de un problema, nacieron las famosas notas Post it con un éxito comercial sin precedentes.

No eres un soñador ingenuo si crees en los milagros y en que puedes disfrutar un renacimiento. No es fácil cambiar, pero hay quienes dan un giro inesperado y viven un despertar de conciencia. Entonces sienten como si un velo se corriera y descubren una realidad más profunda. En una vivencia espiritual o sacudidos por la adversidad se iluminan y todo cambia. Eso le pasó al guía espiritual Eckhart Tolle, autor del estupendo libro El poder del ahora. Allí nos dice: "Hasta los treinta años viví en un estado de ansiedad casi continua con períodos de depresión suicida. Una noche llegué a un estado de angustia total y me decía: "No puedo seguir viviendo conmigo mismo".

Siguió una voz que le susurraba: "no te resistas a nada". Lo hizo y eso marcó el inicio de una vida nueva. Le recomiendo sus libros.

Siempre podemos volver a confiar y visualizar un mundo nuevo, más allá de los aparentes fracasos. En realidad, lo que llaman fracaso es solo un aprendizaje para los optimistas persistentes. Por eso, recupera la fe perdida, expande tu pensamiento y sueña con experiencias inesperadas. Quien hace algo puede equivocarse y el que no hace nada vive equivocado. Cree en ti.

AMAR SIN APEGOS

En sánscrito, la palabra dhyan significa atención o concentración y de ella proviene el término zen.

Con el tiempo, la palabra dhyan pasó a ser ch'an en chino y zen en japonés. Zen es un camino hacia la paz interior con base en la meditación serena y en una vida de amor y desasimiento. Dhyan o zen es estar en el ahora y disfrutarlo plenamente, es amar libremente con una conciencia despierta.

Difícil intento en medio del agite, las carreras, el ruido y el empeño obsesivo por el poder o por manipular. Tú te amas y eres inteligente si creas el hábito de detenerte, vivir el instante, y vives relaciones sin cadenas.

A la mente le fascina flagelarse con el ayer o sufrir con el mañana, mientras la vida se escapa en el ahora. Tu felicidad crece cuando prescindes de todo lo que te atrapa en el plano material, aquietarte y trascender.

La paz de tu alma está en cultivar la aceptación y el desapego, y no estar atado a nada ni a nadie. Algo que solo alcanzas si te amas mucho y no pones tu felicidad fuera de ti mismo. No sufres con el apego si tomas conciencia de la impermanencia de todo, y prefieres ser a tener.

Detrás del apego hay miedos y detrás del miedo una fe débil y un amor precario. Cuando eres capaz de renunciar a todo sin quejarte o deprimirte, entonces todo lo tienes y fluyes en la vida. Jesús, Buda y Lao Tse, amaban sin amarras, porque el amor llenaba del todo sus vidas y su corazón.

Un maestro de desapego fue el filósofo Diógenes, y lo demostró ante Alejandro Magno: "Pide lo que quieras", le dijo el emperador. "Solo te pido que te hagas a un lado para poder gozar del sol", respondió Diógenes.

Otro gran maestro del desasimiento fue Francisco de Asís y por eso, decía: "cada vez deseo más poco, y lo poco que deseo lo deseo poco".

El amor genuino es libre y liberador, el amor genuino nunca es posesivo, es inmensamente respetuoso. El amor que ilumina la vida respeta la autonomía de los demás y nunca posee ni manipula. ¿Así es como amas? Para lograrlo, primero elige quererte mucho y aprender a manejar la soledad.

Solo puedes amar cuando no tienes miedos, y aceptas que el otro se puede ir sin que te deprimas. Lo amas, pero no lo necesitas para ser feliz, porque eres feliz sin apegarte y sin depender. ¿Qué pierdes cuando te aferras a los que dices amar como se pegan las parásitas a un árbol?

Sacrificas tu felicidad, pierdes tu libertad, sufres en demasía y también haces sufrir. Un amor posesivo frena tu proceso y el del otro.

Por eso, necesitas cultivar un amor sin atadura y aceptar que cada ser es independiente. No es fácil, pero ese es el camino y lo logras con una vida espiritual intensa, en la que Dios llena de tal modo tu vida que no te ves impelido a paliar vacíos emocionales con relaciones dependientes y sufrientes.

TIEMPO DE REFLEXIÓN

Hoy es un buen día para detenerse, hacer un examen sincero y buscar cambios a tiempo.

Usted no puede cambiar el pasado, pero sí puede iluminar el presente y sembrar para el mañana.

El ahora es su único tesoro y, si sigue haciendo lo que siempre ha hecho, seguirá obteniendo lo que siempre ha obtenido.

¿Cuáles son las decisiones que viene postergando? ¿Cuáles son los sueños que quiere conquistar?

Hoy es el primer día del resto de su vida y está en sus manos esperar que las cosas pasen o hacer que las cosas pasen.

Confíe de verdad en Dios, sienta su presencia, cuente con su ángel y elija dar lo mejor de sí.

No gaste sus energías en la culpa o el odio y llene de paz y amor cada instante y cada espacio.

Su alegría está en lograr que todos lo que lo traten se vayan mejor. Su misión es cambiar sombras por intensa luz.

EL ARTE DE ESCUCHAR...

En un encuentro con jóvenes uno de ellos le preguntó al director de cine Steven Spielberg:

“Me han dicho que usted valora mucho el arte de escuchar, quiero saber por qué y, por favor, háblenos sobre algo tan importante”.

“Es cierto, repuso Spielberg, sonriente. Fue algo que aprendí de mis padres y de la religión judía.

En mi casa se practicaba ese arte tan olvidado y en mi fe se enfatiza y se ejercita cada día.

De hecho, la oración que más amamos los judíos comienza con estas palabras: Escucha Israel: Shema Israel. La recitamos varias veces al día y en ella se nos recuerda que ser espiritual es estar a la escucha de Dios.

De allí pasa uno a escucharse a sí mismo y aprende a valorar lo que dicen los demás, incluso con su silencio.

Para mí escuchar es amar al otro, reconocer su dignidad, ser rico en humildad y muy pobre en soberbia”.

Humor COMO LLAMAR A LA POLICIA

Yo tengo un sueño muy liviano, y en una de esas noches noté que había alguien andando sigilosamente por el jardín de mi casa.

Me levanté silenciosamente y me quedé siguiendo los leves que venían de afuera, hasta ver una silueta pasando por la ventana del baño.

Como mi casa es muy segura, con rejas en las ventanas hay trancas internas en las puertas, no me preocupé demasiado, pero estaba claro que no iba a dejar al ladrón ahí, contemplándolo tranquilamente, entonces llamé al 112 de la policía e informé la situación y di mi dirección.

Me preguntaron si el ladrón estaba armado; de que calibre era el arma; si estaba solo, que como era fisicamente, que si ya estaba dentro de la casa, etc, etc y etc. Aclaré que no y que de las características del arma no sabia nada.

Entonces me dijeron que no había ninguna patrulla cerca para ayudar, pero que iban a mandar a alguien en el momento que fuera posible.
Que si pasaba algo que volviera a llamar!!!!!!!!

Un minuto después llamé nuevamente y dije con voz calmada:
Hola, hace un rato llamé porque había alguien en mi jardín, Ya no hay necesidad de que se afanen en venir pues yo ya maté al tipo con un disparo de escopeta calibre 12, que tengo guardada para estas situaciones, el tiro se lo pegue en la cabeza y se la volé con la bala y ahora sus sesos están regados por todo el jardín...'

Pasados menos de tres minutos, había frente a mi casa y dentro de ella 5 patrullas de policía, 8 agentes del DAS, y un grupo de los derechos humanos, 1 corresponsal de UPI y otro de la France Press y por ultimo delegados de 2 ONG; que no se perderían esto por nada del mundo.

Ellos agarraron al ladrón in fraganti, quien estaba mirando todo con cara de atortolado. Tal vez él pensaba que era la casa del Jefe de Policía o de alguien pariente de Uribe..!!!!

En medio del tumulto, un Oficial se aproximó y me dijo 'Creí que había dicho que había matado al ladrón'. Yo le conteste: 'Creí que me habían dicho que no había nadie disponible...'

EL INFIERNO

Mario Benedetti dice en uno de sus bellos poemas: "Ya lo sabemos, es difícil decir que no, decir no quiero". Es una poesía en la que habla de alguien que cae en la tentación y cede ante el mal.

La verdad es que se necesitan principios sólidos y reciedumbre ética para decir no cuando el fruto del mal te seduce, y la Biblia emplea ese simbolismo para mostrar porqué los inescrupulosos dicen sí con frescura o cinismo. Algo de Maquiavelo duerme en todos nosotros y, algún día, podemos aceptar que el fin justifica los medios. Después, cuando se recogen los amargos frutos, uno construye su propio infierno y ya es muy tarde para decir: "No quiero". El infierno no es un lugar, sino un estado del alma.

En lugar de erigirnos en jueces implacables, nos conviene preguntarnos qué debemos hacer para no crear más infiernos con la inconciencia. Esa que nos impide decir "No quiero" y nos impele a negociar los principios y venderle el alma al diablo. ¿Qué te ayuda a decir 'No' cuando es necesario? Estar con Dios, amarte mucho y apoyarse en dos pilares: El amor como eje y la transparencia como misión. El reto es crear el cielo siendo conscientes, pensando en las consecuencias y dando más importancia al ser que al tener y el ostentar.

Hoy es un buen día si eliges detenerte, mirarte y, acaso, verte tan lejos de ti mismo. De pronto, puedes descubrir que corres sin parar, oyes sin escuchar, tocas sin sentir y te relacionas sin amar. El ritmo de vida o de muerte es frenético y tu espíritu te pide salir del remolino y estar sereno. Cuando menos lo piensas haces mil cosas, pero ¿en qué recodo del camino se perdieron el amor, los principios y la calma? Qué bueno que elijas amarte y tomes decisiones para reorganizar tu vida y buscar el equilibrio. No es otra cosa que tomar conciencia, y cada ser elige hacerlo a las buenas o a las malas. Todo aquello que te aleje de amarte y amar está de sobra. Tú decides si aprendes con dolor para ti y para otros.

Desde Adán y Eva hasta hoy. los seres humanos tendemos a decir sí quiero ante el mal que se disfraza y se maquilla.

"Los que creen que el dinero puede hacer cualquier cosa, acaban por hacer cualquier cosa por dinero".

EL CARACOL Y EL POZO

EL CARACOL Y EL POZO
Un caracol cayó a un pozo de 6 metros de profundidad al iniciarse el día; durante el día trepaba 3 metros, pero por la noche descendía 2.
¿Cuántos días tardó en salir del pozo?


Solución
Cada 24 horas, el caracol asciende 1 metro; al terminar el tercer día, el caracol se encuentra ya a 3 metros del borde, recorrido que cubriría el cuarto día.

Humor FRASES INGENIOSAS

No soy un completo inútil, por lo menos sirvo de mal ejemplo.

Esta obsesión de suicidio me está matando.

No más medios de comunicación, los queremos completos.

Si no eres parte de la solución, eres parte del problema.

Errar es humano, pero echarle la culpa a otro es más humano todavía.

Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe.

Yo no sufro de locura, la disfruto a cada minuto.

Si yo fuera tú me enamoraría de mí.

Es bueno dejar la bebida, lo malo es no acordarse dónde.

La vida es como un moco: intragable, dura y a veces no te deja respirar.

Sonríe, yo existo.

El dinero no hace la felicidad, la compra hecha.

Una mujer me arrastró a la bebida, y nunca tuve la cortesía de darle las gracias.

Si tu novia perjudica tu estudio, deja el estudio y perjudica a tu novia.

La inteligencia me persigue pero yo soy más rápido.

Cualquiera se puede equivocar, inclusive yo.

La verdad absoluta no existe, y esto es absolutamente cierto.

Hay un mundo mejor, pero es carísimo.

Ningún tonto se queja de serlo. No les debe ir tan mal.

Estudiar es desconfiar de la inteligencia del compañero de al lado.

La mujer que no tiene suerte con los hombres no sabe la suerte que tiene.

No hay mujer fea solo belleza rara.

No estoy en contra de que haya hombres feos, pero por qué todos viven en esta cuidad.

La pereza es la madre de todos los vicios, y como a la madre hay que respetarla.

Estoy preñado de ideas pero no las puedo parir.

Ahorre energía, no sea caliente.

Las niñas buenas van al cielo y las malas a todas partes.

Si un pájaro te dice que estás loco, debes estarlo pues los pájaros no hablan.

En cada madre hay una suegra en potencia.

Pitágoras inventó los corpiños para que los senos no se escapen por la tangente.

No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.

Felices los que nada esperan porque nunca serán defraudados.

El alcohol mata lentamente, no importa no tengo apuro.

La confusión esta clarísima.

Mátate estudiando y serás un cadáver culto.

El mundo se está quedando sin genios: Einstein se murió, Beethoven se quedó sordo, y a mí me duele la cabeza.

Lo triste no es ir al cementerio sino quedarse.

Lo importante no es ganar sino hacer perder al otro.

Si quieres una mano que te ayude, la encontraras al final de tu brazo.

Vivir en las nubes no es malo, lo malo es bajar.

LOS 10 MANDAMIENTOS DE UN VAGO

SE NACE Cansado y se vive para Descansar
AMA A TU Cama como a ti Tí Mismo

SI VES A ALGUIEN Descansar, acompañalo.
DESCANSA EN EL Día para que puedas dormir en la noche.
EL TRABAJO ES Sagrado ¡No lo Toques!
AQUELLO QUE PUEDES HACER Mañana, no lo hagas Hoy.

TRABAJA LO Menos que puedas, lo que tengas que hacer , que lo haga otro..
CALMA, nunca nadie murió por Descansar.
CUANDO SIENTAS EL Deseo de trabajar Sientate y espera a que se te pase.
SI EL TRABAJO ES Salud,¡ pos que trabajen los Enfermos.!

EL SEXO SEGÚN ISABEL ALLENDE

Mi vida sexual comenzó temprano, más o menos a los cinco años, en el kindergarten de las monjas ursulinas, en Santiago de Chile. Supongo que hasta entonces había permanecido en el limbo de la inocencia, pero no tengo recuerdos de aquella prístina edad anterior al sexo. Mi primera experiencia consistió en tragarme casualmente una pequeña muñeca de plástico.-Te crecerá adentro, te pondrás redonda y después te nacerá un bebé - me explicó mi mejor amiga, que acababa de tener un hermanito. ¡Un hijo! Era lo último que deseaba. Siguieron días terribles, me dio fiebre, perdí el apetito, vomitaba. Mi amiga confirmó que los síntomas, eran iguales a los de su mamá. Por fin una monja me obligó a confesar la verdad. Estoy embarazada -admití hipando. Me ví cogida de un brazo y llevada por el aire hasta la oficina de la Madre Superiora. 

Así comenzó mi horror por las muñecas y mi curiosidad por ese asunto misterioso cuyo solo nombre era impronunciable: sexo. 

Las niñas de mi generación carecíamos de instinto sexual, eso lo inventaron Master y Johnson mucho después. Sólo los varones padecían de ese mal que podía conducirlos al infierno y que hacía de ellos unos faunos en potencia durante todas sus vidas. 

Cuando una hacía alguna pregunta escabrosa, había dos tipos de respuesta, según la madre que nos tocara en suerte. La explicación tradicional era la cigüeña que venía de París y la moderna era sobre flores y abejas. Mi madre era moderna, pero la relación entre el polen y la muñeca en mi barriga me resultaba poco clara.

A los siete años me prepararon para la Primera Comunión. 

Antes de recibir la hostia había que confesarse. Me llevaron a la iglesia, me arrodillé detrás de una cortina de felpa negra y traté de recordar mi lista de pecados, pero se me olvidaron todos.
En medio de la oscuridad y el olor a incienso escuché una voz con acento de Galicia: -¿Te has tocado el cuerpo con las manos?
-Sí, padre.
-¿A menudo, hija? -Todos los días...
-¡Todos los días!


¡Esa es una ofensa gravísima a los ojos de Dios, la pureza es la mayor virtud de una niña, debes prometer que no lo harás más! 

Prometí, claro, aunque no imaginaba cómo podría lavarme la cara o cepillarme los dientes sin tocarme el cuerpo con las manos. (Este traumático episodio me sirvió para 'Eva Luna', treinta y tantos años más tarde. Una nunca sabe para qué se está entrenando). 

Nací al sur del mundo, durante la Segunda Guerra Mundial en el seno de una familia emancipada e intelectual en algunos aspectos y casi paleolítica en otros. 

Me crié en el hogar de mis abuelos, una casa estrafalaria donde deambulaban los fantasmas invocados por mi abuela con su mesa de tres patas. 

Vivían allí dos tíos solteros, un poco excéntricos, como casi todos los miembros de mi familia. Uno de ellos había viajado a la India y le quedó el gusto por los asuntos de los fakires, andaba apenas cubierto por un taparrabos recitando los 999 nombres de Dios en sánscrito. 

El otro era un personaje adorable, peinado como Carlos Gardel y amante apasionado de la lectura. (Ambos sirvieron de modelos -algo exagerados, lo admito-para Jaime y Nicolás en 'La casa de los espíritus'). 

La casa estaba llena de libros, se amontonaban por todas partes, crecían como una flora indomable, se reproducían ante nuestros ojos. 

Nadie censuraba o guiaba mis lecturas y así leí al Marqués de Sade, pero creo que era un texto muy avanzado para mi edad el autor daba por sabidas cosas que yo ignoraba por completo, me faltaban referencias elementales. 

El único hombre que había visto desnudo era mi tío , el fakir, sentado en el patio contemplando la luna y me sentí algo defraudada por ese pequeño apéndice que cabía holgadamente en mi estuche de lápices de colores. ¿Tanto alboroto por eso?
A los once años yo vivía en Bolivia. 

Mi madre se había casado con un diplomático, hombre de ideas avanzadas, que me puso en un colegio mixto. 

Tardé meses en acostumbrarme a convivir con varones, andaba siempre con las orejas rojas y me enamoraba todos los días de uno diferente. 

Los muchachos eran unos salvajes cuyas actividades se limitaban al fútbol y las peleas del recreo, pero mis compañeras estaban en la edad de medirse el contorno del busto y anotar en una libreta los besos que recibían. 

Había que especificar detalles: quién, dónde, cómo. 

Había algunas afortunadas que podían escribir:' Felipe, en el baño, con lengua.'
Yo fingía que esas cosas no me interesaban, me vestía de hombre y me trepaba a los árboles para disimular que era casi enana y menos sexy que un pollo. 

En la clase de biología nos enseñaban algo de anatomía y el proceso de fabricación de los bebés, pero era muy difícil imaginarlo. 

Lo más atrevido que llegamos a ver en una ilustración fue una madre amamantando a un recién nacido. 

De lo demás no sabíamos nada y nunca nos mencionaron el placer, así es que el meollo del asunto se nos escapaba ¿por qué los adultos hacían esa cochinada? 

La erección era un secreto bien guardado por los muchachos, tal como la menstruación lo era por las niñas. 

La literatura me parecía evasiva y yo no iba al cine, pero dudo que allí se pudiera ver algo erótico en esa época.

Las relaciones con los muchachos consistían en empujones, manotazos y recados de las amigas: dice el Keenan que quiere darte un beso, dile que sí pero con los ojos cerrados, dice que ahora ya no tiene ganas, dile que es un estúpido, dice que más estúpida eres tú y así nos pasábamos todo el año escolar. 

La máxima intimidad consistía en masticar por turnos el mismo chicle.
Una vez pude luchar cuerpo a cuerpo con el famoso Keenan , un pelirrojo a quien todas las niñas amábamos en secreto.
 

Me sacó sangre de narices, pero esa mole pecosa y jadeante aplastándome contra las piedras del patio, es uno de los recuerdos más excitantes de mi vida. 

En otra ocasión me invitó a bailar en una fiesta. A La Paz no había llegado el impacto del rock que empezaba a sacudir al mundo, todavía nos arrullaban Nat King Cole y Bing Crosby (¡Oh, Dios! ¿Era eso la prehistoria?). 

Se bailaba abrazados, a veces chic-to-chic, pero yo era tan diminuta que mi mejilla apenas alcanzaba la hebilla del cinturón de cualquier joven normal. 

Keenan me apretó un poco y sentí algo duro a la altura del bolsillo de su pantalón y de mis costillas. Le di unos qolpecitos con las puntas de los dedos y le pedí que se quitara las llaves, porque me hacían daño. Salió corriendo y no regresó a la fiesta. Ahora, que conozco más de la naturaleza humana, la única explicación que se me ocurre para su comportamiento es que tal vez no eran las llaves. 

En 1956 mi familia se había trasladado al Líbano y yo había vuelto a un colegio de señoritas, esta vez a una escuela inglesa cuáquera, donde el sexo simplemente no existía, había sido suprimido del universo por la flema británica y el celo de los predicadores.
Beirut era la perla del Medio Oriente.
 

En esa ciudad se depositaban las fortunas de los jeques, había sucursales de las tiendas de los más famosos modistos y joyeros de Europa, los Cadillacs con ribetes de oro puro circulaban en las calles junto a camellos y mulas. 

Muchas mujeres ya no usaban velo y algunas estudiantes se ponían pantalones, pero todavía existía esa firme línea fronteriza que durante milenios separó a los sexos. 

La sensualidad impregnaba el aire, flotaba como el olor a manteca de cordero, el calor del mediodía y el canto del muecín convocando a la oración desde el alminar.
El deseo, la lujuria, lo prohibido...
 

Las niñas no salían solas y los niños también debían cuidarse. Mi padrastro les entregó largos alfileres de sombrero a mis hermanos, para que se defendieran de los pellizcos en la calle. 

En el recreo del colegio pasaban de mano en mano foto-novelas editadas en la India con traducción al francés, una versión muy manoseada de 'El amante de Lady Chaterley' y pocket-books sobre orgías de Calígula. 

Mi padrastro tenía 'Las 'Mil y Una Noches' bajo llave en su armario, pero yo descubrí la manera de abrir el mueble y leer a escondidas trozos de esos magníficos libros de cuero rojo con letras de oro. 

Me zambullí en el mundo sin retorno de la fantasía, guiada por huríes de piel de leche, genios que habitaban en las botellas y príncipes dotados de un inagotable entusiasmo para hacer el amor.
Todo lo que había a mi alrededor invitaba a la sensualidad y mis hormonas estaban a punto de explotar como granadas, pero en Beirut vivía prácticamente encerrada.
 

Las niñas decentes no hablaban siquiera con muchachos, a pesar de lo cual tuve un amigo, hijo de un mercader de alfombras, que me visitaba para tomar Coca-Cola en la terraza. 

Era tan rico, que tenía motoneta con chofer. Entre la vigilancia de mi madre y la de su chofer, nunca tuvimos ocasión de estar solos.

Yo era plana. Ahora no tiene importancia, pero en los cincuenta eso era una tragedia, los senos eran considerados la esencia de la feminidad. 

La moda se encargaba de resaltarlos: sweater ceñido, cinturón ancho de elástico, faldas infladas con vuelos almidonados. 

Una mujer pechugona tenía el futuro asegurado.
Los modelos eran Jane Manfield, Gina Lollobrigida, Sofia Loren. Qué podía hacer una chica sin pechos? Ponerse rellenos.

Eran dos medias esferas de goma que a la menor presión se hundían sin que una lo percibiera. Se volvían súbitamente cóncavos, hasta que de pronto se escuchaba un terrible plop-plop y las gomas volvían a su posición original, paralizando al pretendiente que estuviera cerca y sumiendo a la usuaria en atroz humillación. 

También se desplazaban y podía quedar una sobre el esternón y la otra bajo el brazo, o ambas flotando en la alberca detrás de la nadadora. 

En 1958 el Líbano estaba amenazado por la guerra civil.
Después de la crisis del Canal de Suez se agudizaron las rivalidades entre los sectores musulmanes, inspirados en la política panarábiga de Gamal Abder Nasser, y el gobierno cristiano. 

El Presidente Camile Chamoun pidió ayuda a Eisenhower y en julio desembarcó la VI Flota norteamericana. 

De los portaaviones desembarcaron cientos de marines bien nutridos y ávidos de sexo. Los padres redoblaron la vigilancia de sus hijas, pero era imposible evitar que los jóvenes se encontraran.
Me escapé del colegio para ir a bailar con los yanquis.


Experimenté la borrachera del pecado y del rockn'roll.

Por primera vez mi escaso tamaño resultaba ventajoso, porque con una sola mano los fornidos marines podían lanzarme por el aire, darme dos vueltas sobre sus cabezas rapadas y arrastrarme por el suelo al ritmo de la guitarra frenética de Elvis Presley. 

Entre dos volteretas recibí el primer beso de mi carrera y su sabor a cerveza y a Ketchup me duró dos años.

Los disturbios en el Líbano obligaron a mi padrastro a enviar a los niños de regreso a Chile. Otra vez viví en la casa de mi abuelo. 

A los quince años, cuando planeaba meterme a monja para disimular que me quedaría solterona, un joven me distinguió por allí abajo, sobre el dibujo de la alfombra, y me sonrió. 

Creo que le divertía mi aspecto. Me colgué de su cintura y no lo solté hasta cinco años después, cuando por fin aceptó casarse conmigo. 

La píldora anticonceptiva ya se había inventado, pero en Chile todavía se hablaba de ella en susurros. 

Se suponía que el sexo era para los hombres y el romance para las mujeres, ellos debían seducirnos para que les diéramos la prueba de amor' y nosotras debíamos resistir para llegar 'puras' al matrimonio, aunque dudo que muchas lo lograran. 

No sé exactamente cómo tuve dos hijos. Y entonces sucedió lo que todos esperábamos desde hacía varios años. 

La ola de liberación de los sesenta recorrió América del Sur y llegó hasta ese rincón al final del continente donde yo vivía. 

Arte pop, mini-falda, droga, sexo, bikini y los Beattles . Todas imitábamos a Brigitte Bardot, despeinada, con los labios hinchados y una blusita miserable a punto de reventar bajo la presión de su feminidad. 

De pronto un revés inesperado: se acabaron las exuberantes divas francesas o italianas, la moda impuso a la modelo inglesa Twiggy , una especie de hermafrodita famélico.
Para entonces a mí me habían salido pechugas, así es que de nuevo me encontré al lado opuesto del estereotipo.
 

Se hablaba de orgías, intercambio de parejas, pornografía.
Sólo se hablaba, yo nunca las vi.
Los homosexuales salieron de la oscuridad, sin embargo yo cumplí 28 anos sin imaginar cómo lo hacen. 

Surgieron los movimientos feministas y tres o cuatro mujeres nos sacamos el sostén, lo ensartamos en un palo de escoba y salimos a desfilar, pero como nadie nos siguió, regresamos abochornadas a nuestras casas. 

Florecieron los hippies y durante varios años anduve vestida con harapos y abalorios de la India.
Intenté fumar marihuana pero después de aspirar seis cigarros sin volar ni un poco, comprendí que era un esfuerzo inútil. 

Paz y amor.
Sobre todo amor libre, aunque para mí llegaba tarde, porque estaba irremisiblemente casada.
Mi primer reportaje en la revista donde trabajaba fue un escándalo. 

Durante una cena en casa de un renombrado político, alguien me felicitó por un artículo de humor que había publicado y preguntó si no pensaba escribir algo en serio. 

Respondí lo primero que me vino a la mente: sí, me gustaría entrevistar a una mujer infiel.
Hubo un silencio gélido en la mesa y luego la conversación derivó hacia la comida. Pero a la hora del café la dueña de casa -treinta y ocho años, delgada, ejecutiva en una oficina gubernamental, traje Chanel- me llevó aparte y me dijo que sí le juraba guardar el secreto de su identidad, ella aceptaba ser entrevistada. 

Al día siguiente me presenté en su oficina con una grabadora.
Me contó que era infiel porque disponía de tiempo libre después de almuerzo, porque el sexo era bueno para el ánimo, la salud y la propia estima y porque los hombres no estaban tan mal, después de todo.
 

Es decir, por las mismas razones de tantos maridos infieles, posiblemente el suyo entre ellos.
No estaba enamorada, no sufría ninguna culpa, mantenía una discreta garçonière que compartía con dos amigas tan liberadas cómo ella. 

Mi conclusión, después de un simple cálculo matemático, fue que las mujeres son tan infieles como los hombres, porque sino ¿con quién lo hacen ellos? No puede ser solo entre ellos o todos siempre con el mismo puñado de voluntarias. 

Nadie perdonó el reportaje, como tal vez lo hubieran hecho si la entrevistada tuviera un marido en silla de ruedas y un amante desesperado.

El placer sin culpa ni excusas resultaba inaceptable en una mujer.
A la revista llegaron cientos de cartas insultándonos. 

Aterrada, la directora me ordenó escribir un artículo sobre 'la mujer fiel'. Todavía estoy buscando una que lo sea por buenas razones .

Eran tiempos de desconcierto y confusión para las mujeres de mi edad. Leíamos el Informe Kinsey, el Kamasutra y los libros de las feministas norteamericanas, pero no lográbamos sacudirnos la moralina en que nos habían criado. 

Los hombres todavía exigían lo que no estaba dispuestos a ofrecer, es decir, que sus novias fueran vírgenes y sus esposas castas. 

Las parejas entraron en crisis, casi todas mis amistades se separaron.
En Chile no hay divorcio, lo cual facilita las cosas, porque la gente se separa y se junta sin trámites burocráticos. 

Yo tenía un buen matrimonio y drenaba la mayor parte de mis inquietudes en mi trabajo.
Mientras en la casa actuaba como madre y esposa abnegada, en la revista y en mi programa de televisión aprovechaba cualquier excusa para hacer en público lo que no me atrevía a hacer en privado, por ejemplo, disfrazarme de corista, con plumas de avestruz en el trasero y una esmeralda de vidrio pegada en el ombligo. 

En 1975 mi familia y yo abandonamos Chile, porque no podíamos seguir viviendo bajo la dictadura del General Pinochet. 

El apogeo de la liberación sexual nos sorprendió en Venezuela, un país cálido, donde la sensualidad se expresa sin subterfugios. 

En las playas se ven machos bigotudos con unos bikinis diseñados para resaltar lo que contienen. 

Las mujeres más hermosas del mundo (ganan todos los concursos de belleza), caminan por la calle buscando guerra, al son de una música secreta que llevan en las caderas. 

En la primera mitad de los 80 no se podía ver ninguna película, excepto las de Walt Disney, sin que aparecieran por lo menos dos criaturas copulando. 

Hasta en los documentales científicos había amebas o pingüinos que lo hacían.

Fui con mi madre a ver 'El Imperio de los Sentidos' y no se inmutó. 

Mi padrastro les prestaba sus famosos libros eróticos a los nietos, porque resultaban de una ingenuidad conmovedora comparados con cualquier revista que podían comprar en los kioskos.
Había que estudiar mucho para salir airosa de las preguntas de los hijos (mamá ¿qué es pedofilia?) y fingir naturalidad cuando las criaturas inflaban condones y los colgaban como globos en las fiestas de cumpleaños. 

Ordenando el closet de mi hijo adolescente encontré un libro forrado en papel marrón y con mi larga experiencia adiviné el contenido antes de abrirlo.
No me equivoqué, era uno de esos modernos manuales que se cambian en el colegio por estampas de futbolistas.
 

Al ver a dos amantes frotándose con mousse de salmón me di cuenta de todo lo que me había perdido en la vida. 

¡Tantos años cocinando y desconocía los múltiples usos del salmón!
¿En que habíamos estado mi marido y yo durante todo ese tiempo?
Ni siquiera teníamos un espejo en el techo del dormitorio. 

Decidimos ponernos al día, pero después de algunas contorsiones muy peligrosas -como comprobamos más tarde en las radiografías de columna- amanecimos echándonos linimento en las articulaciones, en vez de mousse en el punto G. 

Cuando mi hija Paula terminó el colegio entró a estudiar Psicología con especialización en sexualidad humana. 

Le advertí que era una imprudencia, que su vocación no sería bien comprendida, no estábamos en Suecia.
Pero ella insistió. Paula tenia un novio siciliano cuyos planes eran casarse por la iglesia y engendrar muchos hijos, una vez que ella aprendiera a cocinar pasta.
 

Físicamente mi hija engañaba a cualquiera, parecía una virgen de Murillo, grácil, dulce, de pelo largo y ojos lánguidos, nadie imaginaría que era experta en esas cosas. 

En medio del Seminario de Sexualidad yo hice un viaje a Holanda y ella me llamó por teléfono para pedirme que le trajera cierto material de estudio. 

Tuve que ir con una lista en la mano a una tienda en Amsterdam y comprar unos artefactos de goma rosada en forma de plátanos. 

Eso no fue lo más bochornoso. Lo peor fue cuando en la aduana de Caracas me abrieron la maleta y tuve que explicar que no eran para mí, sino para mi hija. 

Paula empezó a circular por todas partes con una maleta de juguetes pornográficos y el siciliano perdió la paciencia. 

Su argumento me pareció razonable: no estaba dispuesto a soportar que su novia anduviera midiéndole los orgasmos a otras personas. 

Mientras duraron los cursos, en casa vimos videos con todas las combinaciones posibles: mujeres con burros, parapléjicos con sordomudas, tres chinas y un anciano, etc.
Venían a tomar el té transexuales, lesbianas, necrofílicos , onanistas, y mientras la virgen de Murillo ofrecía pastelitos, yo aprendía cómo los cirujanos convierten a un hombre en mujer mediante un trozo de tripa.
 

La verdad es que pasé años preparándome para cuando nacieran mis nietos.
Compré botas con tacones de estilete, látigos de siete puntas, muñecas infladas con orificios practicables y bálsamos afrodisiacos , aprendí de memoria las posiciones sagradas del erotismo hindú y cuando empezaba a entrenar al perro para fotos artísticas, apareció el Sida y la liberación sexual se fue al diablo.

En menos de un año todo cambió.
Mi hijo Nicolás¡ya se cortó los mechones verdes que coronaban su cabeza, se quitó sus catorce alfileres de las orejas y decidió que era más sano vivir en pareja monogámica.


Paula abandonó la sexologí­a, porque parece que ya no era rentable, y en cambio se propuso hacer una maestrí­a en educación cognoscitiva y aprender a cocinar pasta con la esperanza de encontrar otro novio. 

Lo encontró se casaron y luego vino la muerte y se la llevó, pero esa es otra historia.
Yo compré ositos de peluche para los futuros nietos, me comí­ la mousse de salmón y ahora cuido mis flores y mis abejas.


Isabel Allende

Gracias por su visita.

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