Apeles fue el más grande pintor de la antigüedad y vivió en tiempos de
Alejandro Magno.
Era el pintor del emperador y su arte era
tan excelso que, ante un retrato suyo pintado por el artista, Alejandro
exclamó:
"Existen dos Alejandros totalmente iguales: uno hijo de Filippo y
otro pintado por Apeles".
Y lo recordamos acá porque ese gran pintor
amaba de verdad su trabajo y vivía practicando y aprendiendo.
Cuenta el historiador Plinio que Apeles todos los días pintaba algo
aunque después lo borrara o lo arrojara a la basura.
"No me puedo dormir en la satisfacción de mí mismo, -decía- y cada
día debo mejorar en algo".
Un valioso testimonio de cómo hay que amar
el trabajo, capacitarse y estar siempre creciendo.
Tú de niño tenías una curiosidad insaciable
y te encantaba experimentar con todo lo que lo rodeaba. Hazlo hoy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios