Recomienda
ser diligente para para tener éxito en las pretensiones, en el trabajo.
El significado del refrán. Hay que ser previsor y actuar
siempre con anticipación ya que esto favorecerá la ejecución de nuestros
propósitos. No hay que esperar hasta el último momento para hacer las cosas que
tenemos pendientes, ni ser perezoso siempre tenemos que tomar la iniciativa y
aventurarnos a hacer las cosas pronto.
Este refrán conoce varias adiciones a modo de réplica: A
quien madruga, Dios le ayuda, si se levanta con buen fin. A quien madruga, Dios
le ayuda, si se levanta con buen pie. La réplica puede consistir en frases o en
otro refrán: A quien madruga, Dios le ayuda. Uno que madrugó un duró se encontró; pero más madrugó el
que lo perdió. A quien madruga, Dios le ayuda. Un costal encontró el que
madrugó; pero más madrugó el que lo perdió.
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