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INCULCAR BUENOS HÁBITOS A SUS HIJOS.

Después de cumplir los 16 años es más difícil cambiar conductas negativas, que se previenen con pautas claras.

Las malas costumbres como el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y una alimentación poco balanceada se arraigan a los 16 años de vida y a partir de esta edad es más difícil cambiarlos, afirma un estudio realizado por investigadores de una importante Universidad en España.

Por eso, la prevención de los mismos debe comenzar a edad temprana.

El estudio halló, además, que los jóvenes que siguen un estilo de vida sano tienen una mayor autoestima y un mejor bienestar psicológico.

"Generar buenos hábitos comienza desde los primeros meses de vida con padres capaces de identificar las necesidades fisiológicas de sus hijos y regularlas con el paso del tiempo".

Desde el nacimiento, las rutinas forman parte del día a día del bebé. "A través de estas se fomentan en él horarios claros que va interiorizando y que, en el futuro, favorecen el desarrollo de hábitos en cada una de las etapas de su vida. Las rutinas le brindan seguridad, identidad, constancia y estabilidad".

Los primeros hábitos que se instauran son los de sueño y alimentación. Una vez aprendidos, con horarios claros, al niño le será más fácil construir rutinas sobre necesidades secundarias como el estudio o el deporte. Tener hábitos adecuados le permite adaptarse fácilmente a las exigencias de otros entornos, como el educativo, y así lograr la excelencia académica.

Una costumbre es un comportamiento aprendido. "Es producto de actos repetidos, realizados libremente y con esfuerzo".

Según el tipo de acción repetida, buena o mala, dará lugar a comportamientos buenos o malos.

El reto es desarrollar en los pequeños autonomía, voluntad y criterio para actuar antes de los 10 años. Esto se logra con pautas de crianza. "También, hay que permitirles interiorizar límites y a eso lo llamamos hábito, para regular conductas", aclara.

Después de los 10 años, aquel que no tenga hábitos establecidos será más susceptible a la influencia de las amistades, además porque los niños aprenden observando. Si para la familia no es importante una dieta balanceada, para el niño tampoco lo será.

Evolución por edades
Qué se aprende en la primera década de la vida
1 año. El sueño, la vigilia y la alimentación (pautas de saciedad y hambre).
2 años. Marcha, lenguaje, autonomía en el manejo del espacio, orden y organización (uso de los objetos).
3 años. La obediencia y el seguimiento de instrucciones claras.
4 años. Saber estar con otros y defenderse sin agredir. En esta etapa también se adquieren hábitos de estudio.
5 años. Aprenden todo lo relacionado con la admiración, la piedad, lo bueno y lo malo, la generosidad y el sistema de creencias.
5-7 años. Colaboración, pasión, servicio, altruismo. Durante estos años se le toma amor a el deporte.
7-10 años. La lectura (aunque comienza desde bebé), es el momento propicio para desarrollar habilidades tecnológicas.


Consejos para los padres

Es mejor instalar hábitos adecuados que modificar los malos. Los expertos en el tema aconsejan:

Los buenos hábitos se adquieren mejor por medio de actos libres que repetidos con esfuerzo. Cuando la acción se repite fácilmente, se ha conseguido el hábito.

Hay que acompañar al niño para que aprenda a hacer las cosas. Aprovechar los acontecimientos de la vida cotidiana.

Crear normas y consecuencias para que el niño se autorregule.

Darle la posibilidad de equivocarse.

El comportamiento adecuado en el aula se relaciona con el buen comportamiento en la mesa.

Un ambiente protector en el que le hacen todo puede hacer de él un alumno distraído y desordenado.

Enseñarle a hacer una cosa a la vez. No puede comer y jugar al tiempo.

Educar niños libres, pero atentos a las consecuencias.

NOTA: LOS NIÑOS APRENDEN DEL BUEN EJEMPLO QUE LE DEN SUS PADRES.

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