1.
No lamer tus labios. Este es un hábito común que provoca que los labios
se resequen. La constante humectación con la saliva y la velocidad con que esta
se seca los va agrietando.
2.
Cubrir la cara. En el invierno, sobre todo en días con viento, asegúrate
de tener una bufanda para cubrir tus labios.
3.
Usa protector labial. Asegúrate de que contenga protector solar, ya que
el sol puede causar labios agrietados y empeorarlos en caso de que estén
resecos. Lo ideal son aquellos productos con un SPF mayor de 15.
4.
Aplica un exfoliante. Preferentemente que sea para labios secos, que sea
suave y no tan abrasivo. Trata de que su aplicación sea esparcida, ya que
ciertos productos pueden acabar con la grasa natural de la piel, lo cual es
contraproducente.
5.
Cepilla los dientes sin lastimarte.
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